José María Ramírez (Almendralejo, 1960) vuelve a la primera línea de fuego en unas elecciones después de haber sido alcalde de Almendralejo durante once años (2000-2011) y tras perder las elecciones municipales de 2011 contra el que ahora es, precisamente, el alcalde de la ciudad, el popular José García Lobato.

¿Quién le empujó a presentarse como candidato: el partido o su propia voluntad?

Las dos cosas. El partido, tanto en sus altas esferas como en militantes de base, y por otra parte mi aceptación. En un principio, lo tenía descartado. No lo contemplaba ni tenía más ambición política, pero una vez que se me solicitó y tras un proceso de reflexión, he accedido.

Hay quienes dicen que le han obligado. ¿Es cierto?

No. Yo estaba centrado en mis relaciones profesionales y familiares y no entraba en mis cálculos volver a este tipo de política activa, pero ni aquí ni en ninguna otra institución. Pero no me han obligado. Tanto desde arriba como desde abajo han entendido que era la mejor opción que tenía el partido y ahora estoy encantado porque tengo las mismas ganas e ilusión que hace un montón de años.

Ha comentado que no quiere hacer una campaña de comparaciones entre el presente y el pasado. ¿A qué se refiere?

Mucha gente dice que yo tengo que basar mi campaña en las grandes infraestructuras que se hicieron en Almendralejo durante mi época de alcalde, pero yo no quiero vivir de las rentas, sino que quiero vivir del futuro, de lo que vayamos a hacer y no de lo que hayamos hecho. Otros se empeñan en hablar del pasado. He visto la propaganda del Partido Popular y su folleto empieza con la deuda que dejó José María Ramírez en el ayuntamiento en 2011. Es algo inaudito y además falso. Ahí están los datos del Ministerio de Hacienda que fija que en 2011 había 11 millones de euros de deuda y hoy hay 21 millones de euros de deuda.

¿Cómo convencería al ciudadanos que no le votó en 2011 para que lo hiciera ahora?

En 2011, en un momento de crisis y de hastío de querer hacer cosas y no poder por tener el problema principal del paro, la gente pensó en un cambio pensando que iba a ser para mejor. Ahora queda saber si sus expectativas se han cumplido o no. La mayoría de la gente puede ver que Almendralejo ha perdido viveza, dinamismo y alegría en estos años. Al que no me votó le diría que si quiere una vuelta para tener todo esto, ahora tiene una oportunidad.

El PSOE ha presentado un programa basado en 120 puntos. Dígame cuál es el más importante para usted.

Los cinco bloques que presentamos son importantes, pero hay dos claves. La gente en Almendralejo, sin que tengamos índices elevados de delincuencia, tiene sensación de inseguridad. Y luego está la transparencia. Necesitamos un ayuntamiento de puertas abiertas para volver a escuchar a la gente. Tanto para decirles que sí como para decirles que no, pero escucharla, que lo echan de menos. Luego está un mayor crecimiento, el empleo, recuperar buenas cuotas de bienestar social, más educación o cultura, por supuesto.

Dentro del empleo, destaca la iniciativa privada. ¿Qué propone?

El empleo público tiene que ser de carácter social para esas personas que tienen muy difícil su inserción en el trabajo o sectores muy castigados. Lo que hace crecer una ciudad es la iniciativa privada y debemos promover condiciones para que los empresarios privados inviertan. Buscando empresas que puedan venir o facilitándoles esa llegada.

En el apartado de obras, ¿cuáles urgen en Almendralejo?

Aquí ya se hicieron grandes actuaciones como la antigua travesía N-630 o la circunvalación. Recuperar el mercado de abastos como centro comercial, hacer de la carretera de Santa Marta un eje comercial y moderno o eliminar los pasos a nivel de la localidad son puntos muy importantes.

Una preocupación del PSOE es el edificio de la Plaza del Mercado. ¿Qué harán si lograrán ser vencedores de las elecciones?

Hacer lo mismo que en 2011 hizo otro partido. Cambiar el contrato y dejar de hacer lo que se proyecta porque aún no se ha empezado. Hablaríamos con la empresa y trataríamos de hacer un centro comercial que combinara el mercado tradicional con nuevos mercados.

Cuando dejó de ser alcalde, ¿quedó algo en el tintero que quisiera recuperar ahora?

Me hubiera gustado que la obra del Mercado de Abastos hubiera comenzado seis meses antes ara que no la hubiera paralizado el gobierno del PP, que el PGM estuviera funcionando y fuera una realidad la urbanización de la zona del Pío XII o la calle Alberca, o que hubiera comenzado el desdoblamiento de la carretera de Badajoz hasta el Pilar de Tiza. Pero a partir del 26 de mayo, todo esto puede ser una realidad.

¿Cree que estas elecciones municipales acabarán con el bipartidismo en Almendralejo?

Sí, es evidente. Se acaba el bipartidismo clásico, entran nuevos actores y hay que acostumbrarse. En España cuesta la cultura de pactos, pero hay que hacerse a ella porque no hay más remedio.

Se habla de buena relación entre PSOE y Ciudadanos. ¿Se ve pactando con ellos en caso de que fuera necesario?

Buenas relaciones hay con todos los partidos. Realmente, lo que se ha generado es crispación en el ayuntamiento entre los dos partidos que estaban. El alcalde debe ser un moderador de la situación política y no un incendiario. Yo, con los partidos que sea, puedo hablar. Todos partimos en un inicio para ganar y preferimos gobernar solos, pero nunca despreciando las aportaciones de los demás. Los pactos de gobierno se pueden hacer con los que estén más cerca de una posición política.

¿Es un Ramírez muy diferente al de hace ocho años?

Este tiempo me ha hecho ser más reflexivo y conocer otras formas de trabajar que no conocía. Lo he aprendido gracias a mi trabajo y a la gestión y negociación con otras administraciones.