La vida son etapas, ahora toca el PSOE crecido, y en el PP extremeño pareciera que estuvieran deseando que esta época pase cuanto antes. Porque se puede hacer campaña electoral de muchas maneras, pero entre los populares se respira calma tensa, a la espera de acontecimientos. Hay poca chispa en un partido que ganó unas elecciones al todopoderoso PSOE en 2011 y en 2015 se quedó a solo 2 escaños.

Dicen en el PP para justificar su escueta agenda que ellos no son de hacer la visita del médico, que si van a un pueblo se quedan el tiempo que haga falta, que no andan con prisas. ¿Qué es eso de organizar un tour por cuatro o cinco o hasta siete municipios en un día como hace el PSOE?

Ayer lo concentraron todo en Don Benito, una localidad que Monago definió como «el baluarte del emprendimiento». Aprovechó pues para dar a conocer su propuesta para los autónomos, más bien para las autónomas, porque anunció ventajas para el sector femenino: tarifa plana de 30 euros durante dos años para las mujeres que se inicien en la actividad; y de esta tasa también se podrán beneficiar aquellas que sigan la sucesión empresarial en los núcleos rurales. Además, las que se incorporen tras su baja maternal solo pagarían 60 euros durante uno o dos años.

Monago habló de la destrucción del empleo autónomo y del paro femenino (que ahora mismo duplica al masculino en Extremadura). Le vino a decir al candidato socialista, Guillermo Fernández Vara, que el feminismo significa poner en práctica medidas así. Y estaba hablando de ayudas, de desempleo y de la mujer cuando interrumpió el discurso para soltar mirando a un balcón: «Ya nos han vuelto a hacer la foto... pero yo creo en la libertad». Los presentes (rondaban la decena, no más) se miraron un poco confusos.

Y es que resulta, aseguran ellos, que cuando van a algún municipio, muchas veces aparece un anónimo que los retrata desde lejos «para después pasarse la foto entre unos y otros para ver quién estaba allí en el acto del PP, para señalarlos». Sí, recurren a esos argumentos para denunciar que en los pueblos «sigue sin haber libertad» a la hora de elegir opción política. Al menos eso es lo que ellos consideran. Al menos así quieren contarlo.

Lo dicen en un municipio que durante 20 años estuvo gobernado por el PP con mayoría absoluta, con el carismático Mariano Gallego (que falleció en junio de 2015, justo después de los comicios de ese año).

De hecho, aún retumba en la localidad el homenaje que durante la anterior campaña le hicieron a Gallego en un mitin con cientos de asistentes al que acudió Mariano Rajoy, cuando era presidente del Gobierno. Les va a costar volver a encontrar un candidato similar o parecido. Sobre todo porque era de esos casos en los que no se votaba al partido, sino a la persona.

Pocas probabilidades tiene de llevarse el bastón de mando el que concurre en estas elecciones, Ángel Valadés, que ayer acompañó a Monago. En las generales del 28-A Ciudadanos adelantó en votos al PP; asimismo, el actual alcalde, José Luis Quintana, parte de una mayoría absoluta con la que le arrebató el poder a los populares tras dos décadas de hegemonía. Y además está la ola Pedro Sánchez que arrastra al PSOE en general.

Ayer acompañaba al candidato autonómico Gema Cortés, portavoz regional del PP, pero no así otros dirigentes del partido. Todos ellos se reparten por distintos puntos de la geografía regional a fin de atender a la mayor parte de localidades. No en vano han presentado candidatura en 387 de los 388 municipios de la región.

Monago y los suyos saben que esta vez pintan bastos para el PP, que el PSOE anda crecido como se vio en Mérida el domingo con 8.000 personas en el mitin de Pedro Sánchez, pero, quién sabe, puede que los socialistas no alcancen la mayoría absoluta y que las derechas sumen. La etapa a vivir esta vez sería bien diferente.