Tuvo que despeinarse para frenar las acometidas de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero Mariano Rajoy se adjudicó el cara a cara de calle. El 47,6% de los españoles consideran que el candidato del PP fue el ganador del debate del lunes, mientras que solo un 17% da como vencedor al aspirante del PSOE. Son los datos de un sondeo realizado ayer por el Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) para este diario, que confirman la primera impresión mayoritaria, hecha segundos después del duelo televisivo, de que el líder de los populares pasó con nota el examen seguramente más complicado de su camino hacia la Moncloa. La estrategia incisiva del exministro del Interior socialista no solo no le sirvió para superar a su contrincante, sino que le costó el precio de dilapidar parte de la buena valoración que tenía entre la ciudadanía... y en su propia parroquia.

Si la distancia de 30 puntos entre Rajoy y Rubalcaba ya es un dato esclarecedor del contundente diagnóstico de los españoles, la realidad se hace todavía más lacerante para los socialistas, al comprobar que la mayoría de sus votantes no cree que su candidato se llevase la victoria. El desencanto entre el electorado del PSOE llega al punto de que el 67% de los entrevistados que votaron a José Luis Rodríguez Zapatero en el 2008 concluyeron que Rubalcaba no se impuso a Rajoy. Un 38,4% de socialistas estiman que la partida acabó en tablas. Y un 28,7%, crudamente, afirman que el candidato del PP neutralizó a su adversario. Solo un tercio de los votantes del PSOE dan vencedor a Rubalcaba.

Obviamente, en el caladero popular es aplastante la sensación de victoria de su candidato. Apenas un 3,8% de votantes del PP encuestados creen que Rubalcaba fue mejor, aunque un 17,8% optan por un empate como resultado del cara a cara. El 78,3% de los sondeados restantes no duda en que el debate tuvo un claro color azul. Curiosamente, fuera de la órbita bipartidista, el triunfo de Rajoy es más discutible. El 58,3% de los votantes de otros partidos interpretaron que el cara a cara se saldó con un empate; para el 25% fue Rubalcaba quien lo hizo mejor, y el 16,7% que resta se decanta por el líder del PP como ganador.

INFLUENCIA MEDIÁTICA

La encuesta refleja también un fenómeno significativo: la sensación de victoria de Rajoy se ve favorecida por la onda expansiva de los medios de comunicación que, en su mayoría, le dieron ayer como vencedor. En la muestra del sondeo, algunos ciudadanos manifestaron haber visto el debate, y otros apuntaron que no lo siguieron. La diferencia a favor del candidato del PP entre quienes sí vieron el cara a cara televisivo es de 29 puntos (50,6%, frente a 21,3%). Entre los que no lo presenciaron, la distancia de Mariano Rajoy respecto a Alfredo Pérez Rubalcaba es superior: 34 puntos. Este segundo grupo se formó su opinión sobre el duelo a partir de informaciones de los medios de comunicación.

La segunda parte de la encuesta, que interrogaba a los españoles por aspectos más concretos de la actitud de los candidatos, no le fue mejor a Rubalcaba. Rajoy fue más convincente, inspiró mayor confianza, demostró más capacidad para superar la crisis económica y transmitió un conocimiento más grande sobre los problemas del país. Solo en este último apartado, se puede hablar de empate técnico entre los dos aspirantes a la Moncloa. En el resto, Rajoy aprueba para la mitad de los entrevistados.

LASTRE ECONÓMICO

Este diagnóstico confirma que la gestión del Gobierno de Zapatero es el gran lastre para Rubalcaba, ya que los ciudadanos no creen que el partido que ha dirigido el país en los últimos años pueda ahora sacarlo del bache económico en el que está, debido a la crisis mundial. Pero Rajoy también tiene su punto débil. El líder del PP sigue suscitando recelo entre los votantes de otros partidos (al margen del PSOE). A esta porción del electorado le convenció más el candidato socialista y les transmitió una mayor confianza. Escasa flaqueza en un debate del que Rajoy salió musculado.