El abogado malagueño Diego Martín Reyes, miembro del Consejo Consultivo de Andalucía hasta marzo del 2005, militante del PSOE y asesor de la Empresa de Aguas de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, es el candidato mejor situado para presidir la gestora que dirigirá el Ayuntamiento de Marbella hasta las elecciones del 2007. Aunque no cuenta con el apoyo del PP, los populares anunciaron que, para no obstaculizar el proceso, se abstendrán en la votación de hoy. El pleno de la Diputación de Málaga nombró ayer a los 16 vocales, que ocuparán sus cargos a partir de mañana.

El perfil técnico es el más repetido entre los elegidos para

"ilusionar a los ciudadanos y devolverles la confianza en la gestión pública", como repetían ayer los partidos. De ellos, seis son abogados, y entre el resto figuran desde un periodista a un profesor, pasando por funcionarios de otros consistorios y el exsubdelegado del Gobierno en Málaga Carlos Rubio (propuesto por el PP).

PRESENCIA ATRACTIVA Una de las presencias más llamativas, y de las más aplaudidas, es la de la presidenta de la Asociación de Vecinos de Marbella, Ana Mas. Propuesta por el PSOE, Mas da entrada a los colectivos ciudadanos en la gestora y tratará de "hacer que los técnicos tengan los pies en el suelo". "Seré la mosca puñetera que les recordará que lo importante es el pueblo de Marbella", afirmaba a modo de declaración de intenciones.

Tras recibir su credencial como miembro de la gestora, todos pidieron calma para poder adaptarse a sus nuevas competencias y examinar a fondo la situación antes de corregir cualquier anomalía.

Sin embargo, todas las miradas estaban puestas en Martín Reyes, de 53 años, pese a que ayer el líder del PSOE andaluz, Manuel Chaves, y el del PP, Javier Arenas, no lograron cerrar un acuerdo sobre su elección. Los populares no apoyan a Martín Reyes porque no es marbellí. Sin embargo, con la finalidad de no bloquear la constitución de la gestora, se abstendrán a la hora de votar.

CARGO "COMPLICADO" Martín Reyes mostraba su disposición para asumir un cargo "complicado" que conlleva como reto fundamental el saneamiento del Ayuntamiento marbellí. "Hay que levantar alfombras, abrir ventanas para que entre luz y aire nuevo y limpiar la suciedad que pueda encontrarse y desterrarla para siempre, de manera que podamos entregar a la próxima corporación municipal un consistorio en las mejores condiciones", subrayó.

Mientras los partidos celebraban "los nuevos tiempos de democracia" para la ciudad, un pleno exprés ponía fin al equipo de gobierno heredero del GIL. Con la mitad de los concejales (muchos están en prisión y otros, optaron por no asistir), en apenas tres minutos se aprobaba como único punto el acta de la sesión del último pleno --el pasado 6 de marzo-- del equipo de gobierno.