Cinco alcaldes del Partido Popular (PP) de otras tantas localidades de Madrid han pedido al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, que "ordene" la "no intervención" del fiscal jefe y del fiscal de Medio Ambiente de Madrid, Mariano Fernández Bermejo y Emilio Valero, respectivamente, en la investigación que han abierto para esclarecer la trama político-inmobiliaria que ha bloqueado la formación del Gobierno autonómico.

PERSECUCION

En un escrito presentado ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), los ediles populares denuncian la actitud "persecutoria" de los dos fiscales por tener "cierta animadversión" hacia el Partido Popular y "plena coincidencia" con el PSOE, según informa la agencia Efe.

Estos ediles protestan porque el fiscal Valerio les ha pedido documentación sobre actuaciones urbanísticas en sus municipios. Emilio Valero ha solicitado estos datos a los alcaldes de las localidades en las que los empresarios Francisco Bravo y Francisco Vázquez, amigos del tránsfuga Eduardo Tamayo, son promotores de viviendas.

Ayer los traidores Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez recurrieron su exclusión de la comisión de investigación creada en la Asamblea regional.

Además, el alcalde y presidente madrileño en funciones, Alberto Ruiz-Gallardón salió ayer al paso de una información publicada por El Mundo según la cual había expresado su apoyo a los socialistas Rafael Simancas y José Blanco en la toma de posesión del presidente de Castilla-La Mancha José Bono.

"INTERPRETACION FALSA"

En un comunicado, Gallardón denuncia una "interpretación falsa de una conversación privada". El alcalde indica que su comentario de que estaba cerca del PSOE, recogido en la información, se refería exclusivamente a la postura adoptada por este partido ante los tránsfugas y no como una "falta de apoyo" a la actitud del PP en la crisis.

Gallardón dice que estaba bromeando cuando comentó que no podía ser candidato a suceder a Aznar al mismo tiempo que alcalde y presidente en funciones. Javier Arenas, tras hablar con Gallardón, y Mariano Rajoy no dudaron de la sinceridad del dirigente madrileño.