Baltasar Garzón sigue recabando apoyos tras la decisión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de iniciar el proceso para apartarlo de la carrera judicial y del intento de su colega Luciano Varela de ponerlo a los pies del banquillo por investigar los crímenes de la guerra civil y la dictadura franquista. Amnistía Internacional (AI) se sumó ayer a las muestras de solidaridad, un día después de que la izquierda intelectual firmara un manifiesto en el que sostiene que el proceso contra el juez de la Audiencia Nacional "sería el peor golpe desde el 23-F".

La responsable de investigación y políticas de AI, Gulia Tamayo, consideró "paradójico" e "inédito a nivel mundial" que esté a punto de juzgarse a un magistrado que "cumplió con su deber de investigar conforme a la legalidad internacional", que obliga a perseguir las desapariciones forzadas ocurridas en ese periodo de la historia de España.

"Amnistía Internacional está dispuesta a ser llamada por el Tribunal Supremo para dar testimonio de lo que siempre ha sostenido. Si el juez Varela considera que es un hecho justiciable no haber aplicado la ley de amnistía de 1977, desde luego AI tiene mucho que decir en amparo de lo que defiende el magistrado Garzón", explicó Tamayo.

FALTA DE IMPARCIALIDAD En España, Carmen Negrín, nieta del último presidente de la Segunda República, solicitó al presidente del CGPJ, Carlos Dívar, que se abstenga de participar en el debate sobre la posible suspensión de Garzón por falta de imparcialidad, al haber jurado "lealtad al Caudillo" cuando ingresó en la carrera judicial. Estas dudas también alcanzan a los miembros del Supremo, que tienen que confirmar la decisión de Varela de seguir con el proceso abierto contra el togado de la Audiencia Nacional.

La Sala del Artículo 61, que preside Dívar y que integran los cinco presidentes de sala del Tribunal Supremo y el magistrado más antiguo y más moderno de cada sección, todavía debe resolver la recusación presentada por la nieta de Negrín contra los jueces que en su momento admitieron a trámite la querella presentada por Manos Limpias contra el juez Garzón.

MANIFIESTO Estas iniciativas se suman a la que encabeza un grupo de intelectuales de izquierda, que han suscrito un manifiesto en el que muestran "su preocupación" por la actuación del Tribunal Supremo. Si finalmente Garzón es juzgado, "asistiríamos al kafkiano proceso de un tribunal que encausa, en carne, a la justicia, sufriendo nuestra democracia el peor golpe desde el 23-F", afirman.

El documento de apoyo ha sido refrendado por los escritores Juan Goytisolo, José Manuel Caballero Bonald, Manuel Rivas y Fanny Rubio; por la abogada Cristina Almeida y por el cantautor Paco Ibáñez, entre otros. Todos ellos sostienen que se consideran "sentados en el mismo banquillo que Garzón".