El vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP, Javier Arenas, ha asegurado hoy que el objetivo de la reforma local es que sea una norma compartida por los ayuntamientos y no impuesta desde el Gobierno central.

Después de asistir a una conferencia de la presidenta de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), Ángeles Muñoz, en el "Forúm Europa. Tribuna Andalucía", Arenas ha dicho a los periodistas que la ley de régimen local será la norma "más debatida" de las que se han desarrollado en democracia.

Ha recordado que "desgraciadamente" no se ha podido alcanzar un acuerdo hasta ahora con el PSOE después de "muchas horas de búsqueda de entendimiento", pero los "problemas internos" de los socialistas "han impedido que se pueda alcanzar un acuerdo".

Sin embargo, Arenas ha asegurado que lo van a seguir intentando "con todas las consecuencias" en el trámite del Congreso y del Senado.

Ha indicado que lo ideal es que haya un "amplísimo consenso" en torno a la reforma, algo que el Gobierno intentará "hasta el final", aunque ha admitido algunos problemas porque la norma significará una situación nueva de las administraciones públicas, con el principio de "una administración y una competencia".

Esa reforma afectará "a medio y largo plazo" a la financiación autonómica y local, por lo que cree que su desenlace final "todavía tiene mucho recorrido y mucho diálogo por medio".

Ha manifestado que la única línea roja de la reforma será "la pasividad" y dejar a la administración local, autonómica y del Estado "como están", ya que "dentro de algunos años no vamos a conocer las nuevas administraciones" porque tal y como están ahora "no se pueden sostener por los ciudadanos bajo ningún concepto".

Respecto a la reunión que celebró ayer con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y con alcaldes del PP, ha dicho que no se trata de ninguna "revuelta" de los regidores, ya que "el 90 por ciento tiene una valoración positiva" y han quedado para seguir el diálogo en los próximos meses.

Ha explicado que hay un acuerdo global en el PP "con todas las consecuencias", lo que no quiere decir "que no haya flecos que tienen que discutirse".