Un cajero del BBVA en Pamplona quedó ayer inutilizado por un ataque perpetrado de madrugada. Los saboteadores de la sucursal utilizaron un artefacto incendiario que estaba compuesto por petardos y líquido inflamable. Esta acción se produce tras varias semanas de notorio descenso de la kale borroka, tendencia que comenzó tras el regreso a San Sebastián de Iñaki de Juana a Chaos. La violencia callejera parece estar contenida a la espera de la decisión judicial sobre la presencia de la izquierda aberzale en las próximas elecciones. A. U.