Quienes sean condenados como autores materiales del 11-M cumplirán un máximo de 40 años de prisión, en aplicación de la ley orgánica del 30 de junio del 2003, que establece el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas por terrorismo. Este máximo se aplica en los supuestos de que sean condenados por dos o más delitos de terrorismo, y cuando al menos uno de ellos esté castigado con penas superiores a los 20 años. Estas se aplican cuando se cometen atentados que causen la muerte de personas.

El juez ha imputado a los marroquís Jamal Zugam, Mohamed Shaui y Mohamed Bekali pertenencia a banda armada (hasta 12 años de prisión), cuatro delitos de estragos terroristas (hasta 20 años de prisión cada uno), 190 asesinatos consumados (hasta 30 años por cada uno) y 1.400 tentativas de asesinato (hasta 19 años de prisión por cada uno) y sustracción de vehículo (multa o pena menor). Cada uno de los tres principales imputados podrían ser condenados a una pena superior a los 33.000 años de prisión.