José María Aznar garantizó ayer a George Bush que el "compromiso" de España con EEUU no cambiará en el futuro, pese a su próxima salida de la Moncloa. El presidente español hizo esta declaración de principios en la cena que el mandatario estadounidense le ofreció anoche (madrugada española) en la Casa Blanca, cita que Aznar calificó como "de despedida" en un encuentro previo con los periodistas.

La cena puso punto final a una visita de dos días a Washington, en la que el presidente español dejó plena constancia de su devoción por EEUU y fue correspondido con exaltados agradecimientos por su apoyo a Washington en la guerra de Irak. "Hoy se cierra un capítulo en que las relaciones se encuentran en el mejor momento de su historia y España está en una posición que no se conocía hasta el momento", proclamó Aznar antes de su encuentro con Bush.

A mediodía, el líder español recibió en la Universidad de Georgetown la Medalla del Presidente, y pronunció un discurso en que reafirmó su apuesta por el vínculo atlántico. En el coloquio posterior, un joven le preguntó si cree que "Dios reserva a España un papel en la lucha contra el terrorismo". Entre risas, Aznar dijo: "Las cosas están muy complicadas en la Tierra; no hace falta subir a los cielos".

El presidente argumentó a renglón seguido que la pobreza no es la causa del terror y que éste "es más cosa de ricos que de pobres". Citó Aznar algunas bandas europeas (Brigadas Rojas, Baader Meinhoff, IRA, ETA) y preguntó si éstas defendían "una causa de desheredados". "No", se respondió. Se formuló la misma pregunta respecto a Al Qaeda y llegó a la misma respuesta. Para Aznar, el terrorismo sólo responde al "fanatismo" y al "fundamentalismo", contra los que llamó a luchar.

Aznar también dijo ayer que no prevé "ningún cambio de residencia de país" cuando deje la Moncloa. El presidente respondió así a los rumores que apuntan a que podría instalarse temporalmente en Washington para dar conferencias en la Universidad de Georgetown.