La catástrofe del Prestige ha abierto, más de dos años después, una crisis dentro del PP que enfrenta al expresidente del Gobierno José María Aznar y al máximo dirigente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga. Si éste reconoció el pasado jueves que su equipo no se vio "suficientemente" apoyado durante la tragedia, Aznar le replicó ayer con una carta en la que exige al anciano político una rectificación. Lejos de hacerlo, Fraga insistió en sus críticas.

En su misiva, el expresidente asegura que no sale de su "incredulidad" tras leer en la prensa las críticas de Fraga, sobre las que dice: "Es una noticia que veo y no creo". Aznar prosigue recordándole a su antiguo mentor Fraga le apadrinó para que se convirtiera en presidente del PP en 1990 que hasta ahora, "ininterrumpidamente durante los dos últimos años", sólo había dado "extraordinarias muestras de agradecimiento" hacia la actuación de su Gobierno tras el hundimiento.

Aznar recuerda que su Ejecutivo aprobó el Plan Galicia, y señala al respecto: "Recuerdo con especial cariño las palabras que privadamente me decía usted en aquellos terribles meses, como aquella ocasión en que vino a comer a mi casa en familia".

El Ejecutivo, según el expresidente, "se volcó con Galicia. Sobre todo Mariano Rajoy. Aznar concluye: "Por él, por usted mismo y por nuestro partido, creo que haría usted bien en no dejar que estas interpretaciones queden sin reparar; no por mí, que ya no me presentaré a unas elecciones, aunque también merezca algo de consideración".

Aunque Fraga matizó que no pretendía criticar al anterior Ejecutivo, al que guarda "gratitud", insistió en que se echó de menos que "Aznar se diera una vuelta por la Costa da Morte, como hizo el Rey". Aznar tardó 31 días en trasladarse a Galicia tras el hundimiento del Prestige y, cuando lo hizo, fue en un viaje relámpago. El entonces presidente sólo vio el chapapote al sobrevolar en avión la zona.