José María Aznar llamó ayer a plantar cara a los "enemigos de la libertad", porque la historia demuestra la inutilidad de las políticas de "apaciguamiento". El expresidente manifestó que el principal enemigo de la civilización es hoy el terrorismo islamista y concluyó que para preservar la libertad hay que estar dispuestos a defenderla con los "amigos y aliados". Mencionó también como amenazas "la utopía nacionalista, étnica o política".

Lamentó que, pese a la existencia de terroristas como Osama bin Laden, haya quienes "prefieran fijar su atención en qué los separa de Estados Unidos, en vez de esforzarse por trabajar conjuntamente contra el terror". Aunque no citó nombres, el expresidente aludía a su sucesor en la Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero, y a otros mandatarios europeos que se han significado por su oposición a la guerra de Irak.

El exjefe del Ejecutivo hizo estas reflexiones en el discurso inaugural de un ciclo sobre el 15º aniversario de la caída del muro de Berlín organizado por la Faes, fundación del PP que preside él mismo. Su intervención se desarrolló en la penumbra a causa de un fallo técnico del generador.

El expresidente insistió en su rechazo a las estrategias de "apaciguamiento" frente a los enemigos de las libertades, omitiendo que, cuando estaba en la Moncloa, realizó entusiastas visitas a dictaduras como la china, libia o siria, y defendió dichas visitas argumentando que la apertura económica en esos países conduciría a la democracia.

ALABANZAS A REAGAN Aznar exaltó el papel que desempeñaron dirigentes de EEUU y del Reino Unido en la lucha contra las tiranías en Europa: y citó a Roosevelt y Churchill contra Hitler, y a Reagan y a Thatcher (más el papa Juan Pablo II) contra el comunismo. El expresidente pasó por alto que Washington apoyó en España durante la dictadura del general Franco.