Sólo dio su brazo a torcer tras encajar una doble derrota en ambas cámaras del Parlamento. En dos tormentosas sesiones parlamentarias, los candidatos de la coalición de izquierdas, el comunista Franco Bertinotti y el exsindicalista Franco Marini, consiguieron imponerse en las votaciones para elegir a los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, respectivamente. A las pocas horas, el aún primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció que el martes presentará su dimisión al presidente Carlo Azeglio Ciampi --algo que no exige la Constitución-- dando a entender que aceptaba por fin la derrota electoral, aunque dejando claro que, de momento, seguirá en la política.

"Para alguien como yo, sería espléndido poder tener unos años sabáticos; pero pienso que, teniendo un apoyo tan alto, sería como traicionar a los italianos", espetó ayer Berlusconi, después de haber acusado de fraude a sus rivales desde la misma noche electoral y de no haber reconocido el triunfo de la izquierda. Según se deduce de sus palabras, la mitad de los electores merecen un jefe del Estado que no sea progresista. "La izquierda" --dijo-- "tiene que ceder, al menos, un cargo institucional a ese 50% del país que ha votado por los conservadores".

CIAMPI ACABA MANDATO El mandato de siete años del presidente Ciampi expira el próximo 18 de mayo y, de acuerdo con la Constitución, el sucesor será elegido en sesión conjunta de ambas cámaras parlamentarias a partir del día 13. "Si rechazan esta oferta, habrá una oposición dura y total, no sólo en las asambleas parlamentarias", dijo Berlusconi en un tono que algunos consideraron amenazante. Al mismo tiempo, Il Cavaliere insistió en su tesis de que el encargo a Romano Prodi --líder progresista y vencedor de los comicios--, de formar Gobierno debe dárselo el próximo jefe del Estado, lo que supondría que hasta finales del próximo mes, Italia estaría sin Ejecutivo operante.

La respuesta progresista a la oferta berlusconiana fue tajante. Prodi se preguntó irónicamente "si Berlusconi ejerce también como presidente de la República", y añadió que ya está "trabajando en la composición del Gobierno" porque quiere "estar preparado en cualquier momento".

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y las agencias que establecen la fiabilidad económica de un país han guardado silencio durante dos meses para respetar el proceso electoral, aunque han dado a entender que, tras la formación del Gobierno, pasarán factura inmediata sobre la difícil situación económica.

"APERTURA Y DIALOGO" "La actual legislatura debe ser de apertura y diálogo", dijo Bertinotti. Marini instó a los senadores a "garantizar una fuerte cohesión social de todos los italianos". Ambos hicieron hincapié en la necesidad de mirar al futuro. "No tenemos mucho tiempo" dijo el presidente del Senado. Bertinotti usó un lenguaje directo. "No temo el conflicto, porque la política exige decisiones, oposición y contraposición", afirmó.

Bertinotti y Marini habían obtenido, respectivamente, 337 y 165 votos en sus votaciones, cuando precisaban un mínimo de 305 y 162. La elección de Marini en el Senado fue la más ardua, ya que los progresistas cuentan con sólo dos votos de mayoría, y los conservadores se lo pusieron difícil.

AGUANTE Giulio Andreotti, de 87 años, candidato de la derecha a la presidencia del Senado, estuvo las 16 horas de votaciones del pasado viernes sin moverse de su escaño. La senadora vitalicia Rita Levi Montalcini, de 97 años, premio Nobel de Medicina, aguantó hasta la madrugada, y por la mañana volvió a su escaño.