El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, alertó ayer de que un no a la Constitución de la UE dejaría a Europa "parada y embarrancada" y abocaría a la Unión "a una crisis de difícil solución". Aunque aseguró que no quería apelar "al voto del miedo", argumentó que un rechazo del texto constitucional equivaldría a retroceder al Tratado de Niza del año 2000 (aún vigente), un instrumento a su juicio "incapaz de gobernar la Europa ampliada".

El máximo representante del Europarlamento realizó ayer en el foro Tribuna Barcelona una cerrada defensa del texto constitucional que el día 20 se someterá a referendo en España. El conferenciante admitió que la Constitución europea es sólo "un paso adelante, no el final del camino", pero vinculó a su aprobación el futuro inmediato del continente. Bien al contrario, dio por sentado que el fracaso del referendo y el regreso al escenario de Niza daría lugar a "peleas entre nuevos y antiguos miembros" de la UE.

Borrell sostuvo que Europa no puede perder el tiempo "mirándose al ombligo" porque tras la guerra fría y con el protagonismo económico y comercial de Asia ha dejado de ser "el centro del mundo".