José María Aznar, último de la lista del PP al Ayuntamiento de Bilbao, vio ayer la ciudad que le tiene que votar desde lo más alto, pero también desde lejos. El líder del PP llegó al monte Artxanda, tradicional zona de recreo de los bilbaínos, ayer tomada por la policía. La ciudad ni se enteró del paso del presidente del Gobierno.

Las medidas de seguridad marcaron el acto. El número de policías de paisano por metro cuadrado superaba con creces al de políticos y periodistas reunidos en el monte Artxanda. El mitin fue lo menos parecido a un mitin. No hubo ni parafernalia de banderas ni autocares con afiliados. Los despliegues espectaculares, que son costosos en esfuerzo para el PP en Euskadi, se dejan para la campaña propiamente dicha, que empieza el día 9. Por tanto, Aznar mantuvo una reunión discreta con sus compañeros de lista.

CONTRA LOS NACIONALISTAS

El candidato "de relleno", como se definió orgulloso, fue el protagonista, pese a ser el último de la lista. Desde uno de los miradores, Antonio Basagoiti, número uno de la candidatura, que le convenció para ir en la lista, le explicó los cambios de la ciudad de su abuelo como si Bilbao fuera una gran maqueta.

Un atril y un simple fondo azul con las siglas del PP fue el escenario para que José María Aznar lanzara sus mensajes contra los nacionalistas. El presidente del Gobierno declaró que "la limpieza étnica" que buscan los nacionalistas "ha fracasado". Primero, porque los populares presentarán más listas en Euskadi que en 1999. Esa, dijo, ha sido la "primera derrota" del PNV ante el 25-M. Y segundo, por la ilegalización de Batasuna y las detenciones practicadas por Garzón para impedir que vuelva a presentarse bajo nuevas siglas.

También aprovechó para responder a Xabier Arzalluz que los vascos "no están en guerra con nadie" y que el PNV "no tiene un problema con Madrid, sino con todos los vascos que quieren que la ley se cumpla y haya una alternativa de Gobierno".