Josep Lluís Carod-Rovira fue hospitalizado ayer tras sufrir "una angina de pecho con buen pronóstico", según detallaron los médicos que le atienden y que, pese a descartar "peligro alguno", han decidido que permanezca ingresado 48 horas en observación en el Hospital Joan XXIII de Tarragona. Carod, que no requerirá de intervención quirúrgica, precisará de una recuperación de entre 8 y 10 días.

Tanto el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, como el líder de CiU, Artur Mas, se interesaron por el estado de salud de Carod. El ministro de Defensa, José Bono, también se interesó por Carod y le telefoneó por la tarde. Fue, sin embargo, el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, el que descolgó el teléfono de la habitación del presidente de ERC. La conversación entre ambos fue distendida: "Dile a Carod que no quiero que se vaya de España, pero que irse del mundo es peor", dijo.

POR SU PROPIO PIE Según el jefe de Cardiología del hospital tarraconense, Alfredo Bardají, Carod ingresó "con síndrome coronario agudo, tipo angina de pecho". Por la mañana, y tras sentirse indispuesto, Carod acudió por su propio pie al hospital universitario Sant Joan de Reus, ciudad en la que se encontraba de visita, y fue atendido por "una molestia torácica", según Bardají. Tras las primeras exploraciones, se decidió trasladar al paciente, por la tarde, a Tarragona.

El número dos de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, aseguró a mediodía que "hay Carod para muchos años".

Apenas un par de horas antes del episodio, Carod, ajeno al susto que se le avecinaba, había reprochado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que haya tenido "mayor audacia" con Euskadi, al avanzar hacia un alto el fuego de ETA, que con Cataluña durante la elaboración del Estatuto catalán.