La mayoría de los oradores en el debate afgano se limitaron ayer a evaluar la presencia de soldados españoles en el país asiático, pero Josep Antoni Duran Lleida fue más allá. El portavoz de CiU ejerció el papel de estratega diplomático y dio consejos al Gobierno español, a la OTAN, a Barack Obama y a toda la comunidad internacional sobre cómo actuar en este largo conflicto. "Afganistán sigue siendo el santuario de los terroristas, no hemos impedido que el extremismo se extienda a Pakistán y la ISAF está fracasando", opinó el nacionalista.

"Es la hora de las soluciones políticas y no militares. Ha llegado el momento de la negociación entre Hamid Karzai el presidente afgano, en el poder desde el 2004, pese a unas últimas elecciones de dudoso resultado y los talibanes, con el apoyo de la comunidad internacional".

Duran, que al igual que Mariano Rajoy acusó al Ejecutivo de "disfrazar la realidad" al no reconocer que Afganistán vive una guerra, constató que la insurgencia había aumentado y llegó a la conclusión de que la misión internacional había "fracasado", un diagnóstico que José Luis Rodríguez Zapatero negó. El presidente del Gobierno reconoció que los ataques talibanes se habían agudizado en los últimos tiempos, pero sostuvo que el fenómeno no obedecía tanto al repunte del movimiento rigorista islámico como a que la ISAF "controla cada vez más territorio" y "está donde antes no estaba".

PARALELISMO CON IRAK Gaspar Llamazares, de IU, trazó un paralelismo entre el país mesopotámico y el de Asia central, pidió la retirada de las tropas destacadas en lo que calificó de "guerra perdida" y recordó a Zapatero "lo que le ocurrió a otro presidente del Gobierno", una referencia a José María Aznar. Joan Ridao, de ERC, se situó en la misma línea.