Zapatero y De la Vega se unieron ayer para seguir la tradición y cortar el cochinillo asado de Cándido. Al calor de los fogones se sacudieron los socialistas el frío segoviano, que habían acumulado en el breve paseo a pie hasta el restaurante. Zapatero se mofó de las quejas de los periodistas por el frío y les recordó su condición de leonés, tierra de nevadas. En el local, el presidente charló con unos turistas argentinos.