A medida que avanzan las investigaciones sobre el comando Otazua, desarticulado el martes en Vizcaya, se apuntalan las sospechas que ya tenía la Guardia Civil sobre su pasado extremadamente violento. Al menos tres de los cuatro detenidos participaron en dos atentados mortales, el del inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles, en junio del 2009, y el del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz, en septiembre del 2008. También son autores de otros 14 atentados, entre ellos la colocación de la furgoneta bomba que destrozó la casa cuartel de Burgos, en julio del 2009. Así lo confesó Iñigo Zapirain Romano en las dependencias de la Guardia Civil acompañado de su abogado de oficio. Una confesión que corrobora la información hallada en los ordenadores de los arrestados. Entre la documentación había además datos sobre futuros objetivos de la banda. En concreto, un juez de Bilbao y un ertzaina. Aunque los informes sobre estos dos objetivos no estaban actualizados. En cualquier caso, las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas insisten en que el comando tenía instrucciones de no actuar, como mínimo, hasta después de las elecciones del 22 de mayo. >> Más información en e-Periódico