El primer titular llegó a voz en grito desde el balcón del palacio Real, uno de esos a los que se asomaron los príncipes de Asturias para saludar el día de su boda. Los periodistas estaban esperando en el salón Gasparini a que empezara el acto y varios salieron al balcón para ver los honores militares en la plaza de la Armería. "¡No puede ser! ¿Viene en pantalones?", preguntó un reportero asiduo a los programas del corazón que no quería creérselo.

Sí, podía ser. El servicio de protocolo de la Casa del Rey requirió "vestido largo" para la ceremonia castrense a las mujeres y chaqué a los caballeros, y Carme Chacón iba con un traje de pantalón negro. En concreto, según sus colaboradores, con "un traje esmoquin". "Que es equiparable a vestido largo", aseguraron al ver la alarma que creó entre los puristas.

La primera vez

La elección de la ministra de Defensa dejó en segundo plano la falda de "color champán" de la Reina, la "verde pálido" de Letizia y esos detalles de las vestimentas de la familia real que amenizan ese tipo de actos.

"Es la primera vez que una mujer pronuncia un discurso en la Pascua Militar y, al no haber precedentes, ha chocado más de lo normal, pero se consultó con nuestro servicio de protocolo", explicó un asesor de Chacón. Un experto en estas lides que trabajó durante años para la Presidencia del Gobierno señaló que la ministra no cumplió los requisitos de la Casa Real, pero descartó que la opción del traje fuera una "aberración protocolaria".

También llamó la atención el pelo recogido y el maquillaje, algo subido de tono en los ojos (fucsia) y en los pómulos. Esos detalles, añadió el asesor, también fueron decisión de la ministra, que se convirtió contra su voluntad en protagonista de los comentarios intrascendentes de la jornada.

Las charlas "informales"

Otro de los asuntos más controvertidos del día fue el veto impuesto en la tradicional recepción en el palacio. La Casa Real impidió la entrada de los periodistas a la copa que los monarcas ofrecen al finalizar los actos de la Pascua Militar "para evitar los corrillos de la prensa", según un portavoz.

Habitualmente, los periodistas conversaban de forma informal con los asistentes, en uno de los pocos momentos para poder contactar de forma relajada con los protagonistas de la actualidad. Sin embargo, en el pasado, alguna de esas charlas "informales" trascendió y la polémica estuvo servida. Una de las más destacadas ocurrió en mayo del 2007, cuando en un corrillo Juan Carlos elogió el proceso de paz del Ulster y dijo que ese tipo de iniciativas hay que intentarlas, salgan bien o no. El mensaje, en plena negociación con la banda terrorista ETA, se propagó por todos los medios de comunicación. Ahora, después de un par de años tumultuosos para la familia real, se ha decidido dejar a todos los mensajeros fuera.