Los dirigentes del PP empiezan a ser conscientes de que se están quedando solos en su empecinamiento contra cualquier pacto con el Gobierno y empiezan a modular su discurso para justificar la negativa y para abrir a la vez la puerta a una posible modificación futura. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue el exponente más claro de esta línea con unas declaraciones a Onda Cero en las que advirtió al Gobierno de que si quiere llegar a pactos, deberá cambiar su política económica.

Para alcanzar según qué acuerdos "el PP puede estar ahí", pero siempre que se hable de "una modificación y que se empiece a trabajar desde ya", manifestó. Para la número dos del PP, dar un margen de dos meses como ha hecho el Gobierno con la comisión que ha creado para afrontar la crisis es "una gran irresponsabilidad".

De Cospedal insistió en el argumento esgrimido por el líder de su partido el miércoles en el sentido de que "el problema mayor" que tiene el Gobierno es su presidente, aunque no pidió su retirada.

Sí que lo hizo, en cambio, el líder del PP andaluz, Javier Arenas, quién aseveró que si Zapatero tuviese sentido de Estado y de defensa del interés general, debería dejar la presidencia. "En el PP queremos ayudar porque es nuestra obligación y no nos dejan", añadió Arenas.