Al cabo de poco más de cinco años de Gobierno socialista se ha producido el vuelco demoscópico. Los resultados del barómetro trimestral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de julio revelan que, por primera vez desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la Moncloa en el 2004, el PP supera al PSOE en estimación de voto. La ventaja de los conservadores es, sin embargo, mínima: según los datos del sondeo, si se celebraran ahora las elecciones legislativas, el PP obtendría el 40,2% de los votos válidos frente al 39% de los socialistas. Un estrecho margen del que es posible extraer diversas lecturas; la conclusión más obvia es que la crisis económica y el aumento del paro empiezan a pasar factura al PSOE, que hasta ahora había capeado la tormenta sin sufrir daños de importancia en su base electoral, pero los datos también sugieren que al PP, lastrado por los problemas internos y los escándalos de corrupción, le cuesta mucho capitalizar ese desgaste del Gobierno y no logra despegar en las encuestas.

La principal prueba de todo ello es que el vuelco se produce a causa del descenso de los socialistas, que pierden casi dos puntos respecto al anterior barómetro del CIS, realizado en abril, mientras que el PP apenas logra una insignificante mejora de dos décimas. El resto de las fuerzas parlamentarias experimentan variaciones poco significativas.

A la hora de analizar los resultados no hay que desdeñar las circunstancias precisas que concurrieron en los días en que se hicieron las 2.482 entrevistas que conforman el sondeo, esto es, entre el 7 y el 13 de julio. En esas fechas se cerró el acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, que algunos medios presentaron como una concesión del Gobierno socialista a las exigencias del nacionalismo catalán. Y también en esos días abundaron las noticias relacionadas con el caso Gürtel , la trama de corrupción vinculada al PP; entre ellas, la decisión del juez de iniciar el trámite para sentar al presidente valenciano, Francisco Camps, ante un jurado popular por cohecho.

SUSPENSO GENERAL El barómetro de julio depara otra mala noticia al Gobierno: ni uno solo de los ministros alcanza el aprobado en la valoración de los ciudadanos. El que más se acerca es el de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con un 4,99. Le siguen las dos únicas miembros del Gabinete que en la anterior encuesta superaron el 5, pero que esta vez comparten el suspenso: la ministra de Defensa, Carme Chacón (4,81), y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega (4,74). La lista la cierran Angeles González-Sinde (Cultura), con una nota de 3,41; Bibiana Aído (Igualdad), con 3,57, y Beatriz Corredor (Vivienda), con 3,58.

A pesar de todo, José Luis Rodríguez Zapatero sigue inspirando más confianza que Mariano Rajoy entre los españoles. El 67,8% de los entrevistados aseguran tener poca o ninguna confianza en el líder socialista; sin embargo, esa cifra se eleva hasta el 79,9% en el caso del máximo dirigente del PP, cuya labor de oposición le parece mala o muy mala al 52,1% de los ciudadanos encuestados.