No me perdonaría nunca que un solo ciudadano español me dijese: ´Usted no me dijo la verdad, usted no nos dijo que teníamos una amenaza". Lo dijo José María Aznar hace cinco meses. ¿Había una amenaza real? ¿Dijo la verdad?

LA FUENTE SECRETA

QUE AHORA ES LA ONU

El 2 de febrero, Aznar afirmó: "Todos los gobiernos tienen información de carácter reservado, y el Gobierno español la tiene, evidentemente, de que el régimen de Sadam, en función de su armamento y de sus vínculos con grupos terroristas, es una amenaza para el mundo".

Hasta ahora no ha trascendido esa supuesta información propia que tenía el Ejecutivo. Lo único verificable es que Aznar asumió a pies juntillas los cargos contra Sadam que partían de Washington o Londres. "Irak ha intentado en los últimos años hacerse con tubos de alta calidad para enriquecer uranio. Y ha intentado hacerse ilegalmente con stocks de ese mineral", dijo el 5 de marzo en el Congreso.

Ahora, como las armas no aparecen y la operación del uranio se ha revelado falsa, Gobierno y PP intentan desmarcarse y dicen que sus pruebas contra Sadam se basaron exclusivamente en los informes de los inspectores de la ONU entre los años 1991 y 1998. Ni siquiera este argumento se sostiene. Los informes detallaban arsenales del pasado, pero no certificaban su existencia actual. Los inspectores Hans Blix y Mohamed El Baradei quisieron seguir sus pesquisas. Bush, Blair y Aznar lo impidieron.

EL DICTADOR QUE ERA UNA

"AMENAZA PARA ESPAÑA"

A medida que crecía la oposición a la guerra, Aznar introdujo en su discurso un nuevo elemento de persuasión, consistente en presentar a Sadam como una amenaza para España.

Al ser preguntado en febrero pasado por la presunta conexión del dictador con Al Qaeda, el presidente dijo: "No estamos hablando de ningún tipo de fantasía". Y añadió lo siguiente: "Se podría pensar que Bin Laden era una fantasía, pero destruyó las Torres Gemelas de Nueva York; se podría hablar de que Al Qaeda era una organización más o menos fantasma, pero cometió un atentado en Bali; se podría decir que todas esas cuestiones no nos afectan a nosotros, pero acabamos de detener una célula de terroristas extraordinariamente peligrosa en Barcelona, que trabajaban con armamento químico". "El régimen de Sadam supone también una amenaza para la paz y la seguridad de España".

El presidente se refería a la detención, el 24 de enero, de 16 ciudadanos árabes que formaban un supuesto núcleo de Al Qaeda. La operación tuvo una amplia repercusión internacional. Dos meses después, el juez había puesto en libertad a todos. El supuesto armamento químico al que aludía Aznar resultó ser detergente.

LAS ARMAS EXISTEN O

LAS DESTRUYO EL TIRANO

Aznar apostó en un comienzo por la existencia de las armas de destrucción masiva en Irak. Después dijo que Sadam pudo "hacer desaparecer" los arsenales. Ahora ha vuelto a su tesis original. Ante las dudas sobre la existencia de las armas, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, también recurrió a la hipótesis de que Sadam pudo haberse deshecho de los arsenales. Pero cuando Francia planteó esa misma posibilidad antes de la guerra, Palacio replicó que "uno no se deshace de un bidón de ántrax por el desagüe de su casa".

UNA MISION "DE PAZ" CON

LICENCIA PARA MATAR

Durante las semanas previas a la guerra, Aznar aseguró que no había "ninguna decisión tomada" sobre la participación de tropas españolas en el conflicto. El 18 de marzo, dos días antes del inicio de la guerra, el presidente dijo que esa mañana decidió la participación. Aznar la definió como "misión de apoyo humanitario". La oposición alegó que la decisión ya estaba tomada y que la misión era de apoyo a los atacantes.

Ahora, en la nueva fase, España va a enviar 1.300 soldados. El Gobierno afirma que es una "misión de paz", pese a que los soldados tienen instrucciones para disparar. La oposición alega que se trata de una operación de "ley y orden", que compete sólo a EEUU y Reino Unido.