Golpean en Nueva York, Madrid, Londres, Bagdad o Kabul. Pero el engranaje planetario del terrorismo yihadista también tiene distribuidas algunas piezas clave en escenarios más insospechados: en Poble Nou de Benitatxell, sin ir más lejos.

En esa localidad de la costa alicantina, agentes de la Guardia Civil detuvieron el viernes --dos días después del asesinato en la base de Qala-i-Now (Afganistán) de dos de sus compañeros-- a un ciudadano marroquí de 27 años que está acusado de ser el administrador de uno de los foros yihadistas en internet más activos y peligrosos del mundo. Los investigadores han acumulado pruebas suficientes de que el detenido gestionaba dicho foro de Al Qaeda para captar voluntarios para la yihad .

CAPTACION DE ADEPTOS Pero su trabajo no se limitaba exclusivamente a la captación de adeptos: cuando consideraba que un nuevo recluta estaba listo, le proporcionaba las rutas para desplazarse o bien a los campos de entrenamiento terrorista o bien a escenarios de conflicto, y le facilitaba todos los contactos necesarios para ingresar en grupos extremistas.

Su otra gran labor era financiera. No solo captaba a voluntarios para combatir en la denominada guerra santa, sino que también contactaba y convencía a ciertos individuos para que enviaran dinero para financiar la yihad. Después, él mismo se encargaba de hacer llegar los fondos a los terroristas.

Fuentes de Interior ponen como muestra de la relevancia del papel del detenido el hecho de que "su telaraña de reclutamiento y envío de muyahidines alcanzaba los 60 países". De hecho, durante las pesquisas, la Guardia Civil ha colaborado con los servicios antiterroristas de EEUU, Francia, Bélgica y Marruecos, que trataban de ubicar al detenido. "Su nivel de conocimientos informáticos superaba todo lo que habíamos visto hasta ahora", reconocen esas fuentes, que añaden que para cerrar el cerco el Instituto Armado "ha tenido que desarrollar nuevas aplicaciones y programas informáticos".

El arresto, en el que participaron un gran número de guardias civiles por la relevancia del individuo, se llevó a cabo el viernes por la tarde. Los agentes pasaron más de cinco horas registrando su domicilio, en el que requisaron abundante documentación y material informático.

TOTALMENTE INTEGRADO Del asombro se pasó a la consternación cuando se supo que el detenido era un chico marroquí que vivía en la localidad desde hacía siete años y que era un ejemplo de integración, lo que preocupa a los investigadores. Había aprendido catalán, era voluntario de Protección Civil y solía acudir a los bares del pueblo. El joven, que estaba en el paro, también trabajó como repartidor de muebles.