El acoso policial a ETA y su entorno sigue dando frutos. Dos nuevas detenciones practicadas en la madrugada de ayer en Vizcaya elevan ya a 27 el número de militantes y colaboradores de la organización terrorista arrestados en lo que va de año. Una ofensiva sin apenas precedentes. Los dos últimos detenidos son Urko Izagirre Iriarte, arrestado en Getxo, y Enrique Noya Santos, apresado en Bilbao. Este último es propietario de una empresa dedicada al montaje de txosnas (casetas de feria) en la que han trabajado varios miembros de ETA, incluido el exjefe militar de la banda Jurdan Martitegi. En la operación, la policía se incautó de un manual para fabricar explosivos (titulado Cloratita), así como de una bombona de cámping-gas, material informático y abundante documentación.

En la empresa de Noya Santos, llamada Jai-Kit y con sede en Abadiño (Vizcaya), trabajaron también Jon Rosales y Adur Aristegi, los dos presuntos etarras detenidos la semana pasada por los Mossos d´Esquadra en Molló (Girona) que se exhibían en Facebook ataviados con la camiseta de la selección española de fútbol. Fuentes de la lucha antiterrorista señalaron que el Cuerpo Nacional de Policía llevaba ya un tiempo siguiendo los movimientos de Izagirre Iriarte (que también figuraba como empleado de Jai-Kit) y de Noya Santos, y que fue esa investigación la que condujo hasta Rosales y Aristegi, que quedaron asimismo bajo vigilancia. Cuando la Guardia Civil detuvo el pasado día 13 en Guipúzcoa a Ibai Beobide y este reveló su conexión con Rosales y Aristegi, se activó la alerta policial y los Mossos capturaron a los dos terroristas antes de que huyeran a Francia desde Sitges (Barcelona), donde se encontraban festejando el carnaval.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se felicitó por los últimos golpes propinados a la banda y subrayó los frutos que está dando el trabajo policial tanto en España como en Francia y Portugal.