Nunca se habían presentado en Euskadi dos candidatos a lendakari con opciones reales de ser elegidos. Sin embargo, a pesar de la enorme expectación gestada durante semanas, la maratoniana jornada --12 horas de debate-- en la Cámara de Vitoria transcurrió plácida. Como si los actores ya conocieran, o intuyeran, el final de la obra, a pesar de que, en teoría, todo era incertidumbre. Ni siquiera se mostraron nerviosas las parlamentarias del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK); ni la de Aralar, Aintzane Ezenarro; ni la presidenta de la Cámara, Izaskun Bilbao. Todas ellas vivieron ayer su puesta de largo en una cita de calado.

Protestas ante el edificio

Todos sospechaban que EHAK acabaría haciendo de las suyas y acapararían titulares. Desde primera hora de la mañana se concentraron ante el edificio del Parlamento vasco, en Vitoria, varios grupos que aprovecharon el desfile de políticos para transmitir sus protestas. Uno de ellos, integrado por una veintena de miembros de las Nuevas Generaciones del PP, advertían al lendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, de forma premonitoria, que no aceptara los votos de EHAK.

Desayuno en comandita

Por delante de ellos fueron desfilando los parlamentarios, salvo el lendakari en funciones, que optó por acceder al recinto por una puerta trasera. Con decisión entró Maite Aranburu, de EHAK, quien entró sonriente con una compañera, saltándose la cola de entrada y saludando con soltura a un ertzaina.

Como si temieran perder sus controvertidos escaños, el primer grupo que se completó y ocupó sus asientos fue el de EHAK. Siguiendo la costumbre que han instaurado en su corta vida parlamentaria, las ocho diputadas y un diputado del grupo desayunaron antes juntos en la cafetería del Parlamento, entre bromas y con aire despreocupado, a pesar de la trascendencia de sus decisiones dada la precaria gobernabilidad de Euskadi y de su total falta de experiencia en las lides parlamentarias.

Y eso que no contaron con ningún tipo de ayuda de sus hermanos mayores de Batasuna, que ni aparecieron por la Cámara. El único error que cometieron lo protagonizó la portavoz del grupo aberzale, Nekane Erauskin, que, al volver a su escaño, subió por unas escaleras equivocadas, que acababan en una pared. Desde los asientos, sus compañeras no podían aguantar la risa. Erauskin, apurada, se sentó muy seria lo más rápido que pudo. El resto de la representación en la Cámara vasca fue un revival más.