Esquerra está llevando a cabo una auténtica ofensiva para atraer a CiU hacia el consenso en la recta final del Estatuto catalán. El presidente de los republicanos incluso ha recurrido a Jordi Pujol, a quien invitó a comer anteayer, para lograr ese objetivo. No obstante, la empresa no tuvo el éxito esperado.

Tras mantener una conversación telefónica con Artur Mas el pasado sábado, sólo unas horas después de reunirse con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, Carod buscó la complicidad del expresidente. Fuentes republicanas explicaron que su líder expuso la necesidad de que en la recta final de la negociación todas las fuerzas actúen con responsabilidad y opten por el posibilismo. El objetivo es ir tan lejos como se pueda sin rebasar los límites de la Constitución.

Carod no tuvo el éxito que esperaba. Pujol explicó ayer a este diario que replicó al líder de Esquerra que se había equivocado de interlocutor: "Si alguien quiere hablar del Estatuto con CiU no es conmigo con quien tiene que hacerlo, sino con la dirección de la federación y, sobre todo, con Mas".

Y así lo hizo. Carod llamó ayer a Mas y ambos acordaron celebrar una reunión "a principios" de la próxima semana, en plena negociación de enmiendas al texto estatutario, cuyo plazo de presentación concluyó ayer a primera hora de la mañana.

ACERCAR POSICIONES Los nacionalistas no están por la labor de ablandar posiciones y, en cambio, esperan que ERC, con quien comparten muchos planteamientos a lo largo de los 218 artículos del Estatuto, tire al alza las propuestas del tripartito.

CiU no ha puesto pega alguna a esta reunión con Carod, aunque está convencida de que difícilmente saldrá algún acuerdo de ella, porque lo que en el fondo busca el presidente de Esquerra es una foto que le aleje de la imagen de "sumisión" a los socialistas catalanes, según fuentes de Converg¨ncia.

Mientras que Carod y Mas ya han fijado la fecha de esta reunión, el líder convergente sigue a la espera de que el presidente le llame para una cita en la que poder cerrar algún acuerdo antes de la votación, el próximo viernes, del dictamen de la proposición de ley de reforma del Estatut. Maragall, en Catalunya R dio, se mostró ayer convencido de que CiU, "por interés del país", acabará sumándose al consenso en septiembre, cuando el Estatuto tiene que ser votado en el pleno del Parlamento catalán.

Ayer, tras presentar sus 165 enmiendas en el registro, Mas recriminó al tripartito que, en lugar de dedicar esfuerzos a negociar con CiU, protagonice "carreras alocadas" para ir a Madrid a discutir el Estatuto, lo que tachó de "actos de vasallaje".