Varios miles de personas despidieron en Portugalete (Vizcaya) los restos del preso Roberto Saiz Olmos, que falleció el viernes en la prisión de Aranjuez. Durante la espera del féretro, se produjeron varios incidentes con enfrentamientos entre los congregados y la policía vasca, que impidió celebrar en Santurtzi (Vizcaya) el acto político con el que se pretendía rendir homenaje al preso de la banda terrorista ETA que se suicidó en la cárcel de Cuenca, Igor Angulo.

Durante una jornada en la que se multiplicaron los incidentes provocados por los radicales, la Ertzaintza sólo permitió la breve despedida a Saiz en el cementerio.

Los manifestantes ante el camposanto de Portugalete llegaron hasta ese punto en procesión desde el municipio próximo de Santurtzi, donde habían pretendido reunirse a las 17.30 horas. A pesar de las protestas que plantearon los dirigentes de Batasuna Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Pernando Barrena, la Ertzaintza les mantuvo tras el cordón policial y efectuó cargas.

Los portavoces de la formación ilegalizada arremetieron con dureza contra el consejero vasco de Interior, Javier Balza, al que la abogada Jone Goirizelaia calificó de "alumno aventajado" de Manuel Fraga en su faceta de ministro de Orden Público. El portavoz del PNV Iñigo Urkullu defendió la actuación de su compañero y recordó que el Gobierno vasco está "impelido a cumplir la legalidad".

"SERENIDAD Y ESPERANZA" Ante los preocupantes brotes de violencia que está viviendo el País Vasco estos últimos días, Juan José Ibarretxe pidió ayer "serenidad y esperanza" a la sociedad vasca. El lendakari quiso demostrar que no le apura la tensión de las últimas horas y se confesó optimista y seguro de "superar" las dificultades. "Vamos a salir adelante", auguró. "Vivimos momentos de confusión", reconoció, para pedir a los ediles que tranquilicen a la sociedad y huyan de pasar de la esperanza al pesimismo.

Ibarretxe, además, exigió que se acaben de una vez los ataques contra sedes políticas.