Trataba Pablo Iglesias de explicar “la fórmula secreta” de Podemos. A saber: un sentimiento que, dice, despierta entre la ciudadanía y que va más allá de lo racional. En una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid, el secretario general defendía este jueves que su partido despierta la pasión y que ahí anida la clave del éxito de su proyecto político. “Podemos funciona porque es sexy”, afirmó.

Para apoyar su disquisición, ante centenares de estudiantes, Iglesias se sumergió en la “relación freudiana” de Podemos con los periodistas que cubren la información de esta fuerza. Las pullas estuvieron presentes desde el inicio del acto, cuando Iglesias y los otros intervinientes de la mesa pusieron en duda la capacidad intelectual de los redactores y su súbito interés por la filosofía, puesto que la conferencia se desarrollaba en esta facultad. El líder de Podemos dio un paso más y, desde una actitud de evidente desprecio, cargó contra el trabajo de los periodistas, citó a uno de ellos y les acusó de manipular la información para medrar en el trabajo. “Es la historia de un periodista que nos dice ¡fíjate!, yo, si quiero prosperar en el mundo del periodismo y en mi periódico, tengo que conseguir muchas noticias que vayan a la portada . Pero claro, si trabajo en el diario El Mundo es imposible que consiga publicar ‘Podemos lo hace todo muy bien’. Es imposible, tengo que colocar noticias que digan 'Podemos lo hace todo fatal'. Y aun así, buena parte de los periodistas que nos siguen están encantados”, señaló. Y, abundando en la relación psicoanalítica de Podemos con los redactores, opinó que “hay un elemento de amor” y “algo sexy” que, asegura, se experimentó en la campaña del 20-D.

Desde la tribuna, siguió bromeando con los titulares que tendría que ir sorteando y mostrando su desdén a la forma de trabajar de los periodistas. “Tengo que evitar que (el nombre del redactor) me haga un titular del tipo ‘Pablo Iglesias: Vamos a hacer que España se masturbe con con nosotros’. Y eso no es fácil”, afirmó. Tras hablar de “la cara de miedo” que empezaba a detectar entre los periodistas presentes entre el público todavía jugó con otro titular: “Pablo Iglesias aliente el linchamiento de un periodista de El Mundo en la Universidad Complutense”.

En ese momento, varios redactores se levantaron y abandonaron la sala como muestra de protesta por la falta de respeto y el desprecio mostrado. Otra periodista reprochó a Iglesias su actitud en grito desde el público y, finalmente, todos salieron del acto.

Al final de su intervención, ya sin periodistas presentes, Pablo Iglesias pidió disculpas por si sus comentarios, hechos desde el “cariño”, no se habían “entendido” y por si alguien se había sentido “ofendido”. “Algunos no han entendido lo que es un espacio académico. Esto no es una rueda de prensa, es la universidad”. Ante los aplausos de los estudiantes lanzó su última pulla: “Me juego lo que queráis a que ese aplauso no sale de la prensa”.