La cúpula militar española es partidaria de asumir el mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF) en el segundo semestre de este año, aunque ello suponga aumentar el contingente de 590 militares desplegados en Manas (Kirguizistán), Kabul, Herat y Qala-i-Naw. Así lo manifestó a este diario el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general de Ejército Félix Sanz, quien no ocultó su deseo de aplicar sobre el terreno los planes, enseñanzas y experiencias del mando sur de la OTAN, con sede en Bétera (Valencia).

El Gobierno deberá adoptar este trimestre la decisión de asumir o rechazar el mando en Afganistán. El compromiso adquirido en la OTAN por el último Ejecutivo de José María Aznar fue que España se haría cargo del mando de la ISAF (8.200 soldados de 36 países) cuando, por turno, le correspondiera.

Pero el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ha dejado claro que "la decisión aún no está tomada", y en conversación con este diario dijo que una respuesta positiva no implica necesariamente un fuerte aumento del contingente. Los planes militares establecen el envío de 2.000 soldados, pero, según Zapatero, "el incremento va a depender de lo que aporten otros países".

El presidente rechazó la unificación de los contingentes de la ISAF y de la operación Libertad duradera en una misma estructura y bajo un solo mando. Esa previsión ha sido estudiada por la OTAN y es la cuestión que deberá resolver el Consejo Atlántico. Las tropas norteamericanas de Libertad duradera combaten aún en el sur del país contra los talibanes y activistas de Al Qaeda, mientras que las de la ISAF, de mayoría europea, garantizan la seguridad y la reconstrucción en el centro y noroeste del país.

ANALISIS DE LOS RIESGOS Para asumir o rechazar el mando de la ISAF, Zapatero tendrá en cuenta el riesgo político y el posible aumento de la amenaza terrorista. "España ha seguido en el punto de mira del terrorismo internacional tras la retirada de las tropas de Irak y de la misión Libertad duradera en Afganistán", explicó el ministro del Interior, José Antonio Alonso.

Sobre el desgaste político que supondría aumentar las tropas en Afganistán que, en todo caso, deberá ser sometido a la aprobación del Congreso según la nueva ley de la defensa de septiembre del 2005, las fuentes consultadas estimaron que no será alto ya que todas las fuerzas, a excepción de IU-ICV y BNG, han respaldado la participación en la ISAF.

Por otra parte, el aumento será compensado por el final de la misión en Haití y el regreso en marzo de los 200 soldados allí desplegados. También volverán a finales de enero los 370 militares enviados a Pakistán.