"Es un ciudadano palestino de la franja de Gaza que salió hace años hacia Arabia Saudí para trabajar y luego fue a Pakistán para seguir haciendo negocios. Fue detenido por la inteligencia militar paquistaní y entregado a manos de soldados estadounidenses que le llevaron a Guantánamo".

Es la información que ayer facilitó el ministro de Exteriores palestino, Riad Malki, sobre uno de los dos reclusos del penal estadounidense que ha decidido acoger el Gobierno español. Malki, de visita oficial en Madrid, puntualizó que el recluso "no fue combatiente" ni "fue detenido en Afganistán".

REOS RECHAZADOS El Ejecutivo ha analizado durante los últimos seis meses los historiales de una decena de reos de Guantá- namo, pero ha rechazado a varios de ellos por considerar que resultaban peligrosos. Un equipo de policías del Ministerio del Interior viajaron en octubre al penal, en la isla de Cuba, para interrogarlos, contrastar la información de EEUU y saber si querían ser trasladados a España.

El ministro de Exteriores no quiso decir ayer cuándo llegará a España el prisionero palestino ni tampoco facilitó información sobre ese segundo reo que ya ha sido seleccionado por Interior. Fuentes del departamento de Miguel Angel Moratinos no descartaron que el Gobierno decida recibir a algún recluso más.

Los otros países europeos que también han aceptado colaborar con el cierre del penal, donde actualmente hay 196 detenidos, han acogido un número similar de reos: Francia, 1; Irlanda y Bélgica, 2; y Eslovaquia, 3. En todos los casos, esos reclusos podrán vivir en libertad, puesto que no tienen delitos pendientes, aunque, según ha dicho Moratinos en varias ocasiones, serán sometidos a la "vigilancia" de las fuerzas de seguridad españolas.

DIFICULTAD Pese a la ayuda que la Unión Europea y otros países han ofrecido al presidente de EEUU, Barack Obama, para clausurar Guantánamo, el líder demócrata no ha podido cumplir una de las promesas más solemnes que hizo justo después de asumir el cargo. De hecho, ayer se venció el plazo de un año que él mismo se fijó y la comisión interministerial conformada para determinar qué hacer con los presos filtró a la prensa estadounidense que le ha aconsejado que 50 sigan detenidos de forma indefinida.

La conclusión de la comisión es que 110 deberían ser puestos en libertad (entre ellos, los dos que vendrán a España); entre 35 y 40 deberían ser juzgados en tribunales civiles o militares, y 50 tendrían que seguir en la cárcel. Recomienda no liberarlos ni juzgarlos porque no existen suficientes pruebas contra ellos que puedan ser usadas ante un tribunal, ya que las que hay fueron obtenidas tras haber infligido torturas y malos tratos, pero los considera muy peligrosos.