El féretro con los restos mortales del exjefe del Ejecutivo Leopoldo Calvo-Sotelo llegó a hombros de militares al Congreso de los Diputados, minutos antes de las 10 de la mañana de ayer. Le aguardaban en las escalinatas, para rendirle honores, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa; los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Javier Rojo, y la del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas.

Los representantes del Estado dieron su pésame a los familiares de Calvo-Sotelo (horas después lo harían miles de ciudadanos anónimos) antes de que el cuerpo del fallecido atravesara la Puerta de los Leones de la Cámara. Una vez sito el féretro en la capilla ardiente --en el salón de los pasos perdidos del Congreso--, la mujer e hijos del expresidente se percataron de que allí les esperaban también José María Aznar con su mujer, Ana Botella, y el hijo del expresidente Adolfo Suárez. El socialista Felipe González excusó su presencia por estar fuera del país.

A las 11, los Reyes acudieron a velar al difunto junto a los príncipes de Asturias. Juan Carlos, emocionado, depositó sobre el cadáver el Collar de la Orden de Carlos III. Según el Rey, "ha muerto un gran español, un gran hombre de Estado, un demócrata y una persona muy querida", que, entre otras cosas, trabajó para situar al país "en el lugar que le corresponde en el mundo" y que exhibió una "probada y permanente lealtad a la Corona". "Nunca olvidaré su encomiable entrega al servicio de España durante tantos años", añadió el Monarca.

"CON CONVICCIONES". Zapatero, sentenció que ayer era el día de que la democracia llorase a quien actuó con "mucho empeño" para que se viva ahora "en un país de libertades". El líder de la oposición, Mariano Rajoy, resaltó que Calvo- Sotelo fue una persona "que actuaba conforme a convicciones". El presidente de la Cámara baja, José Bono, destacó que militares armados rindieron ayer honores al expresidente marcado por el 23-F. "Los militares, por primera vez en la historia de España, entran en el Congreso armados para rendir honores a la democracia y la libertad", sostuvo.

Adolfo Suárez Illana, hijo del primer presidente de la democracia que, actualmente, está aquejado de una fase avanzada de la enfermedad de alzhéimer, dijo: "Me voy a ahorrar transmitirle la tristeza a mi padre con los ojos, porque la recibe".

A las 12 de la mañana se abrieron las puertas del Congreso a los ciudadanos que dieron su adiós al expresidente. Fue visitado, asimismo, por numerosos ministros, exministros y protagonistas de la vida política, social y cultural. Hoy, sus restos mortales se trasladarán a Ribadeo (Lugo), el municipio donde el expresidente pasaba sus vacaciones, donde será enterrado. El jueves, los Reyes presidirán el funeral de Estado que, en su honor, se celebrará en la madrileña catedral de La Almudena.