Un artefacto de fabricación casera con menos de medio kilo de explosivo estalló en la madrugada de ayer en la puerta principal del Liceo Cervantes, la escuela pública española en Roma, sin provocar heridos y sí algunos desperfectos.

Pocas horas después, una parte de sus 334 alumnos acudió al centro para pasar los exámenes finales. El edificio forma parte del complejo español , situado en el Janiculo, por encima del barrio de Trastevere, que comprende la Academia de Bellas Artes, la iglesia de San Pedro in Montorio y la residencia particular del embajador español en Italia.

El Liceo se abre a una calle sin salida que termina en unas escaleras, y a pocos metros hay un importante centro de los carabineros. Ayer nadie había reivindicado el atentado.

EXPLOSIVO EN UNA OLLA

Sólo cuando, dentro de unos días, la policía científica haya terminado los análisis de los restos del artefacto se podrá conocer la firma de los autores, aunque una fuente de los carabineros adelantó ayer que probablemente la bomba había sido confeccionada con una olla de presión y con entre 300 y 500 gramos de explosivo "de alto potencial" conectado a un temporizador.

De confirmarse estos datos, se trataría de un atentado semejante a los 25 que en 1991, en vísperas de los Juegos Olímpicos de Barcelona, se cebaron contra objetivos españoles en Italia, y que meses después reivindicó ETA, aunque antes lo hizo un grupo izquierdista local.

DESTROZOS MATERIALES

La explosión de ayer destruyó la parte baja de la reja de la puerta de entrada al centro escolar y dos peldaños, así como los cristales de 30 ventanas de los edificios vecinos y los parabrisas de dos coches aparcados.

"Seguimos todas las pistas y ninguna de ellas queda por el momento excluida", subrayó Gianfranco Cavallo, el coronel de los carabineros que dirige las investigaciones. El equipo de magistrados romanos que se ocupa de los temas de terrorismo ha reclamado la investigación del caso.

José María Jiménez Serrano, director del Liceo, manifestó su perplejidad ante la hipótesis de un acto terrorista. "En este momento se me ocurre ETA, pero nunca ha colocado bombas en las escuelas", declaró. La dirección de la escuela iba a instalar cámaras de televisión en las puertas y la calle, después de que algunos padres de alumnos habían protestado por la falta de vigilancia.