La organización terrorista ETA ha decepcionado a quienes llevaban meses esperando que comunicara la apertura de un alto el fuego. Los intentos de varias formaciones vascas de colaborar con la izquierda aberzale para facilitar el final de la violencia quedaron frustrados.

Por el contrario, la banda aprovechó el homenaje al etarra Jon Anza para reivindicar la validez de la lucha armada y anunciar su disposición a superar el conflicto "por vías justas y democráticas", aunque sin aludir en ningún momento a un abandono temporal de las armas como le reclaman desde principios de año las bases de la izquierda aberzale.

HOMENAJE A última hora de la tarde del sábado, tres encapuchados salieron al estrado en el homenaje que se estaba celebrando en la localidad vascofrancesa de Ziburu a Anza, cuyo cuerpo fue localizado en la morgue de Toulouse el pasado 12 de marzo, tras permanecer casi un año desaparecido. Los representantes de los medios de comunicación ya habían abandonado el lugar, pero el diario Gara publicó ayer sus palabras, en las que animaban a sus seguidores a mantener "la ambición de ganar".

En un mensaje que constituyó un alegato en favor de todos sus militantes fallecidos, ETA afirmó que la lucha armada ha permitido "llegar a las puertas de vivir un período de cambio". Los encapuchados finalizaron instando a Francia y España a "deponer la amenaza de las armas" contra Euskadi y a aceptar el derecho de autodeterminación.

DECEPCION El comunicado etarra frustra las expectativas de partidos como Eusko Alkartasuna, Alternatiba (la escisión de Izquierda Unida en Euskadi) y, en menor medida, Aralar, quienes habían participado en los últimos meses en varios actos conjuntos con la izquierda aberzale para dar credibilidad a su apuesta por vías exclusivamente políticas.

De hecho, el mundo de Batasuna había hecho un pronunciamiento cargado de significado el pasado mes de marzo. Bajo el nombre de Declaración de Bruselas, destacados premios Nobel emplazaban a la banda a declarar un alto el fuego verificable, al tiempo que pedían al Estado que abriera un cauce de diálogo con los terroristas.

La izquierda aberzale había refrendado en sus asambleas la apuesta por vías políticas y "sin violencias ni injerencias externas", por lo que únicamente quedaba conocer la postura de ETA. Su opinión ha llegado cuatro meses después, para seguir donde siempre: no hay alto el fuego y, pese a los 12 meses sin atentados planificados, la lucha armada sigue vigente.

REACCIONES POLITICAS El comunicado de ETA fue criticado por PSOE y PP, cuyos representantes afirmaron que ya únicamente esperan el anuncio de su desaparición definitiva.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, directamente lo ignoró y ni lo mencionó en un acto en el que participó. Y desde el PNV, su presidente, Iñigo Urkullu, declaró que no hay datos que permitan "albergar ninguna esperanza a corto plazo" sobre el final del terrorismo.