ETA volvió a recordar que sigue activa con la colocación de artefactos de escasa potencia. Los objetivos elegidos, el juzgado de paz y una oficina de empleo de Zarautz (Guipúzcoa), se suman a los ataques a cuatro sedes judiciales en los últimos 10 días. En ninguno de los casos ha habido heridos. El primer explosivo se localizó poco antes de la medianoche del miércoles en un juzgado de paz, y pudo ser desactivado por efectivos de la Ertzaintza. Pero mientras se neutralizaba la primera bomba, hizo explosión un segundo artefacto en una papelera cercana a la oficina del Inem, sin causar daños.

Las bombas, según el Departamento de Interior, eran similares a las que el pasado día 25 estallaron en cuatro sedes judiciales de Ordizia (Guipúzcoa), Amurrio (Alava), Gernika (Vizcaya) y Berriozar (Navarra), compuestas por entre medio kilo y un kilo de cloratita. Interior atribuye las explosiones de ayer a ETA, que también asumió los otros cuatro atentados anteriores.

En lo que va de año, la banda ha cometido sólo en Guipúzcoa 11 atentados, incluidas las dos acciones de ayer en Zarautz. La mayor parte se cometieron contra intereses empresariales.

Representantes de todas las instituciones y de los partidos vascos condenaron los atentados y coincidieron en señalar que este tipo de actos alejan a Euskadi de la paz. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, condenó de forma "tajante" los ataques. También el Gobierno vasco rechazó estos atentados y pidió a ETA que respete la voluntad de los vascos renunciando para siempre a la violencia.

LA MUERTE DE UN PRESO El consejero vasco de Justicia, Joseba Azkarraga, relacionó los atentados con la muerte en Soria del preso de ETA José Angel Altzuguren, tras lo que rechazó que "algunos intenten tomarse la justicia por su mano". La alcaldesa de Zarautz, Maite Etxaniz, lamentó que estos ataques "obstaculicen la normalización de Euskadi".