El ex jefe militar de ETA, Pedro Esquisábel, 'Xerpa', fue condenado hoy en París a 17 años de cárcel y José Manuel Ugartemendía, detenido junto a él en abril de 2005, a ocho años de prisión. El Tribunal de lo Criminal de París también dictaminó que Esquisábel, de 48 años, tendrá que cumplir de forma efectiva al menos dos tercios de la condena, y que al salir de prisión será expulsado de Francia. Para Ugartemendía, de 50 años, los jueces decidieron igualmente su expulsión definitiva de Francia, además de conciliar esta nueva condena con otra de tres años que ya había dictado contra él en 2006 el Tribunal Correccional de París, con lo que al final la pena que se le impone se queda en ocho años de prisión. En los dos casos, la sentencia está por debajo de la petición de la Fiscalía, que había solicitado veinte años de cárcel para Esquisábel y doce para Ugartemendía. El tribunal consideró a 'Xerpa' culpable de la inmensa mayoría de los 28 cargos que pesaban contra él, y en particular del de ser dirigente de una organización terrorista. A ese respecto, el fiscal Olivier Bray, había puesto el acento en que en el momento de su arresto el 28 de abril de 2005 en la localidad de Caussade, al sur de Francia, Esquisábel "tenía un papel más importante" en el aparato militar que quien aparecía entonces como el jefe de los comandos, Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki'. En primer lugar -según la argumentación de Bray- porque formaba parte del comité ejecutivo de ETA -máximo órgano de decisión de la banda-, pero también porque era el que se encargaba de la gestión del dinero de toda la estructura, y de entregar a 'Txeroki' lo que la banda le asignaba. Los jueces, sin embargo, no consideraron probadas las inculpaciones de extorsión de fondos y la misma en grado de tentativa que el ministerio público había reclamado por considerar que había colaborado con Gezi y que estaba al frente de la nueva subestructura Gesa, encargada también del cobro de la extorsión llamada "impuesto revolucionario". Durante el juicio, iniciado el pasado 17 de marzo, entre los principales elementos acusatorios examinados destacaron los documentos de contabilidad de la organización terrorista, requisados en la vivienda que ocupaban al suroeste de Francia al ser capturados en octubre de 2004 el jefe militar, Mikel Albisu, y su compañera, la responsable de la tesorería, María Soledad Iparraguirre. En dichos documentos aparecían, sólo para el periodo de febrero a agosto de 2004, aportaciones a 'Xerpa' por un total de 208.094 euros para que luego él los distribuyera dentro del aparato militar. Otro elemento relevante fue la identificación de Esquisábel por el cantautor vascofrancés Peio Serbielle como uno de los que participaban en las reuniones del comité ejecutivo junto a algunos de los jefes de los principales aparatos y que se celebraban en la casa que les prestaba. Ugartemendía, según las conclusiones de Bray, no sólo formó parte del aparato político de ETA, sino que dentro de éste estaba en contacto con los que allí tenían "un cierto nivel" y estaban en la estructura de negociación, como el propio Esquisábel y el histórico de la banda José Urruticoetxea, 'Josu Ternera'. La captura de los dos etarras ahora sentenciados se produjo, según la interpretación del representante del ministerio público, por "un error monstruoso" de 'Xerpa' que no sólo dejó olvidada en una lavandería una bolsa con documentos más que comprometedores y con una pistola, sino que trató de recuperarla tres días más tarde con su compañero. Tanto Esquisábel como Ugartemendía se negaron a responder durante el proceso a las preguntas acerca de su implicación en los hechos que les hicieron desde el tribunal o desde la Fiscalía, y sus intervenciones se limitaron a unas declaraciones políticas, como la de hoy del primero antes de que los jueces se retiraran a deliberar. 'Xerpa' aprovechó esa ocasión para hablar del último comunicado de ETA del pasado 27 de marzo y repetir que la banda "está dispuesta a aceptar un mecanismo de verificación no oficial del alto el fuego", y que lo que ha hecho es "un llamamiento" a "la responsabilidad" para poner en marcha "la negociación política".