La antigua fiscal antiterrorista francesa Irene Stoller se declaró "aterrada" ante el hecho de que "un tipo del calibre de Susper " haya podido escaparse tan fácilmente. "A alguien así tenían que haberle vigilado como la leche en el fuego", declaró a este diario. Según Stoller, "como los etarras no hablan en los interrogatorios, acaban metiéndolos en una celda y allí los dejan, casi sin vigilancia. Es una negligencia evidente", concluyó.

Ocho presuntos etarras comparecieron ayer ante la juez Laurence Le Vert, que los procesó por asociación de malhechores.