La Guardia Civil investiga tres amenazas de bomba que en los últimos cuatro días han mantenido en alerta a los vecinos y turistas del municipio de Sant Carles de la R pita (Tarragona). La última se produjo ayer a mediodía, cuando mediante una llamada anónima al periódico vasco Gara un hombre que dijo pertenecer a ETA avisó de que al cabo de un cuarto de hora explotaría un artefacto enterrado en la playa.

La misma persona realizó poco después una segunda llamada y rectificó la cantidad de explosivo colocado --en principio dijo 150 kilos, y posteriormente, 15--. Las fuerzas de seguridad desalojaron a los bañistas de seis calas y playas y un grupo de artificieros de la Guardia Civil rastreó la zona sin encontrar nada. El día anterior, la misma voz masculina alertó a la policía de la existencia de un coche bomba, ubicado cerca de la Plaza Carlos III, y el domingo pasado el aviso concretó la amenaza en la zona portuaria.

La consejera catalana de Interior, Montserrat Tura, calificó las llamadas como "una broma pesada" y señaló que los expertos dudaron desde el principio de la veracidad de la información del comunicante anónimo, ya que caía en contradicción respecto a la cantidad de explosivo colocado en la playa.

Por su parte, el teniente de alcalde del municipio, Josep Pitarch, lamentó la intranquilidad que la situación provoca a los vecinos. "La policía judicial comparará las cintas grabadas para encontrar al responsable", explicó Pitarch.

AMONAL EN EL CANTABRICO Fuentes de la lucha antiterrorista informaron ayer de que el explosivo de los artefactos colocados el pasado sábado en los municipios de San Vicente de la Barquera (Cantabria) y Ribadesella (Asturias) era amonal, un explosivo "casero" que ETA había utilizado ya en numerosas ocasiones antes de perpetrar robos de dinamita Titadyne en Francia.