El fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos elevó ayer de 900 a 1.120 años su petición de cárcel para los tres presuntos autores del atentado de la T-4 del aeropuerto de Barajas en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos al quedar acreditado durante el juicio, que terminó ayer, que fueron 52 y no 41 las personas que resultaron heridas en el atentado terrorista que frustró la última tregua de ETA.

A los presuntos etaras Igo Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebastián les atribuye el fiscal 52 delitos de intento de asesinato, y 20 años de cárcel por cada uno. A la pena solicitada se le suman otros 40 años por cada uno de los asesinatos. Y como fueron dos, 80 años para cada uno.

El resto de acusaciones particulares ha mantenido sus conclusiones, a excepción de tres de ellas que pidieron la responsabilidad civil subsidiaria del Estado al considerar que los mecanismos de seguridad "no funcionaron correctamente", ya que los tres acusados llegaron a entrar hasta tres veces en la T-4 antes de colocar la furgoneta robada cargada de explosivos. El juez Alfonso Guevara, presidente de la sección tercera de la Audiencia Nacional, no admitió esta modificación de la acusación ya que afirmó que si lo hiciera, debería ordenar repetir el juicio porque no se había permitido al Estado defenderse de la acusación.

Durante la jornada de ayer, se escucharon las grabaciones de las llamadas con las que ETA advirtió de la colocación de una furgoneta bomba "de gran intensidad" en el módulo D del aparcamiento. Los peritos de la Guardia Civil que analizaron las llamadas declararon que hay un 98% de posibilidades de que la voz fuera la de Igor Portu.

MAL DISFRAZ También se vieron las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto que grabaron la entrada de la furgoneta en el párking el día antes de la explosión. Y los vídeos en los que se ve a un individuo que intenta pasar desapercibido con gorra, mascarilla y muletas.

El fiscal quiso cerciorarse de que los acusados sabían las consecuencias que podía tener la explosión de la bomba que dejaron activada en el párking del aeropuerto. Y que la muerte de dos personas y los 52 heridos no fueron por accidente. A dos expertos de la lucha antiterrorista del Cuerpo Nacional de Policía les preguntó ayer: "¿Sabían lo que llevaban y lo que podían ocasionar con lo que llevaban?". La respuesta fue contundente: "Sí, lo sabían". El juicio acaba hoy.