La fiscalía de El Aaiún se ha visto obligada a abrir una investigación sobre el uso de armas de fuego por parte de la policía marroquí después que la oenegé independiente Human Rights Watch (HRW) denunciara la existencia de varios heridos de bala durante los disturbios que tuvieron lugar en la capital del Sáhara.

Tras haber realizado un primer informe en el que corrobora la cifra oficial de fallecidos comunicada por Marruecos (12 muertos, 10 de ellos policías), la oenegé busca ahora aclarar también el paradero de un número indeterminado de desaparecidos. "Un mínimo de tres familias afirman desconocer el paradero de sus seres queridos, pero no podemos saber qué ha sido de ellos hasta que la policía no dé las listas definitivas de los detenidos que siguen en comisaría y los que han ingresado en prisión", aseguró ayer Brahim Elansari, representante en Marruecos de HRW.

El Aaiún recobra la normalidad, aunque es difícil saber hasta qué punto, debido al cerrojazo informativo impuesto por Rabat. Dos mujeres belgas que pretendían llevar a cabo un informe sanitario sobre la situación de los saharauis fueron expulsadas ayer. Por contra, los equipos informativos de El País y El Mundo pudieron entrar ayer en El Aaiún después de que el viernes fueran obligados a volver a Las Palmas por "carecer de los permisos necesarios".