Manuel Fraga, a sus 86 años recién cumplidos, volvió ayer por sus fueros y con su verbo contundente provocó algo más que un ligero temblor político, al arremeter sin contemplaciones contra una de sus bestias negras, los nacionalistas. El presidente fundador del PP y senador fue interrogado en un desayuno informativo sobre la posibilidad de ponderar o limitar el peso de los partidos nacionalistas en la política española. Fraga, sin inmutarse, contestó textualmente: "Habría que ponderarlos colgándolos de algún sitio". Su frase generó rumores y alguna risa en la sala donde tenía lugar el acto. Ante la petición de que precisara sus palabras, Fraga no se amilanó: "El nacionalismo, por definición, es lo contrario de la defensa de España". El padre de la Constitución en representación de Alianza Popular añadió que, a su juicio, fue un error introducir el término "nacionalidades" en la Carta Magna. Fraga se lamentó de que el artículo 155, que permite al Gobierno central, "en interés general", hacer cumplir a una autonomía "las obligaciones de la Constitución", no se haya aplicado.

En ese mismo marco, Fraga afirmó minutos antes que la proclama del diputado de Esquerra Republicana Joan Tardà "¡Muera el Borbón!" es de las cosas "más gruesas" que ha escuchado y expresó su "profundo desprecio" al respecto. Las aseveraciones del senador generaron un alud de críticas y peticiones de rectificación. El PSOE exigió al PP que desautorice a Fraga y que pida disculpas. El secretario general de ERC, Joan Ridao, denunció una doble vara de medir entre las polémicas de Tardà y Fraga y se preguntó por qué nadie exige la dimisión del dirigente del PP cuando sí se ha hecho con el miembro de ERC.

LOS ESPAÑOLES Nacionalistas vascos y gallegos replicaron con contundencia e ironía a Fraga. La vicelendakari, Idoia Zenarruzabeitia, se preguntó si Fraga se refería "a los nacionalistas españoles". El líder del PP, Mariano Rajoy, cogido por sorpresa, dijo que Fraga no hablaba literalmente y que no cree que "quiera colgar a nadie".