Un ciudadano francés sorprendió en la tarde del jueves a tres individuos --los servicios antiterroristas franceses no albergan dudas de que se trata de miembros de ETA-- mientras se entrenaban disparando granadas en un bosque de la localidad de Rouffignac, a unos 150 kilómetros al este de Burdeos (departamento de Dordoña). Los terroristas encañonaron al testigo con una pistola, le obligaron a tumbarse en el suelo y le amenazaron de muerte.

El incidente se registró hacia las seis de la tarde, cuando el ciudadano francés paseaba por el bosque y escuchó dos fuertes detonaciones. Al acercarse al lugar de donde procedía el sonido, se topó con tres individuos que se alejaban; uno de ellos iba cargado con lo que parecía ser un lanzagranadas.