"El Gobierno vasco prevé una falsa condena batasuna del terrorismo". Ese fue un titular del verano, el pasado 7 de agosto. Lo decía el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares. Aseguraba que los responsables de la lucha antiterrorista tenían sólidos indicios de que, por orden de ETA, la izquierda aberzale realizaría en otoño una fraudulenta condena del terrorismo con el único fin de coger oxígeno. Días antes que Ares, incluso, idéntico aviso se había realizado sin micrófonos delante por parte de altos cargos del Ministerio del Interior. El diario Gara anunció ayer que Batasuna "ha decidido apostar decididamente por un proceso democrático que llegue a desarrollarse sin ninguna violencia ni injerencia externa".

La advertencia de Ares ya desató una agria disputa política en agosto. El PNV expresó entonces su extrañeza por el hecho de que, tras años y años de pedir a Batasuna una condena explícita de la violencia, PSOE y PP estuvieran de repente de acuerdo en que tal anuncio no era suficiente. La controversia ha renacido con la información por fin publicada por Gara.

Lo imprevisto, sin embargo, ha sido que la cúpula de Batasuna acaba de ser detenida por orden de Baltasar Garzón, acusada de tratar de refundar la organización ilegalizada y que, días después, ha sido detenido el supuesto número dos de la banda, Aitor Elizaran, acusado de ser el encargado de transmitir las órdenes de actuación a Arnaldo Otegi. Elizaran, según explicaron ayer fuentes policiales, era además el etarra que se ocultaba tras la capucha en los comunicados de la organización.

EL PRONOSTICO DE EGIBAR La información de Gara menosprecia el papel del PNV en el futuro que, según Batasuna, se abrirá en el País Vasco. La dirección peneuvista marcó ayer hondas distancias con el comunicado, pero, a la vez, dirigentes del partido arremetieron contra el Gobierno central. El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, pronosticó que las dos últimas detenciones de etarras en Francia darán pie a "una venta por fascículos del material incautado" que tiene como fin consolidar la alianza del PP y el PSE en el Gobierno vasco.