Duelo de espadas. La Audiencia Nacional inauguró ayer el curso judicial con una rectificación del juez Baltasar Garzón a su colega Eloy Velasco --que le sustituyó durante sus vacaciones estivales-- por haber dejado en libertad bajo fianza de 12.000 euros a la etarra Maite Aranalde, extraditada por Francia. Garzón ordenó su busca y captura después de constatar que la terrorista se fugó y explicó a su colega que, en este momento del sumario, su única obligación era evitar que la procesada huyera de la acción de la justicia.

Este caso ha estado rodeado de una cierta confusión. Aranalde fue reclamada a Francia por los juzgados número uno y cinco de la Audiencia. En el primero, está procesada por la colocación de varios explosivos en gasolineras de Madrid en el 2004. En el segundo, está acusada de haber colaborado con el comando Vizcaya , para el que alquiló un piso en San Sebastián en el 2005 y en el que se hallaron tres pistolas, dos ametralladoras y varios explosivos. Francia autorizó que fuera juzgada por este caso, pero extravió la petición para ser encausada por las bombas del 2004. El juez Ismael Moreno --que sustituyó a Santiago Pedraz por las vacaciones-- reenvió la orden el viernes. Y no pudo adoptar ninguna medida contra la etarra hasta que Francia dé su visto bueno.

EL RAPAPOLVO A pesar de ello, Garzón sostiene que este error burocrático no impedía a su sustituto decretar la prisión de Aranalde. Para este juez, los hechos por los que fue procesada pueden ser constitutivos de colaboración con banda terrorista y tenencia de explosivos. En su opinión, el hecho de que Francia ya la haya condenado a seis años de cárcel por asociación de malhechores no prohíbe que sea perseguida en la Audiencia Nacional, ya que los delitos los ha cometido en España.

Asimismo, Garzón rechaza que su colega tuviera en cuenta, para negarse a ordenar su encarcelamiento --como le reclamó la fiscalía--, el hecho de que el novio de la etarra, Iker Olabarrieta, haya sido absuelto por los mismos hechos. Esta circunstancia, según Garzón, "no puede determinar la certeza de que la procesada vaya a correr la misma suerte". Recuerda que Aranalde ya había huido a Francia, donde fue detenida. Y subraya que la terrorista no ha renunciado "ni expresamente ni tácitamente" a continuar en la banda. Por ello, afirma que existe "la posibilidad más que probable" de que en "cualquier momento, si está en libertad", vuelva a integrarse en ETA.

Garzón termina su rapapolvo con una lección de primero de Derecho. "En este momento procesal, el juez debe velar, exclusivamente, porque la procesada no se sustraiga a la acción de la justicia", dice. Un riesgo que, en su opinión, solo se evita "con la prisión provisional".

Sin embargo, la medida del juez llegó tarde porque la policía ya no localizó a Aranalde cuando fue a detenerla, el lunes, para internarla en un centro penitenciario. Por ello, Garzón ordenó ayer su busca y captura.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que la policía busca a Aranalde. El dirigente del PP Esteban González Pons exigió responsabilidades a Francia por el error judicial, que "no se ha producido en nuestro país". Velasco fue director general de Justicia entre 1995 y el 2003 en el Gobierno valenciano de Eduardo Zaplana.