Sabotaje a la televisión local, baile de concejales entre partidos, mujeres reivindicando su condición para no ser desalojadas... La moción de censura en Gibraleón, un pueblo de Huelva con 11.000 habitantes, se ha convertido en un culebrón político. El PP perdió ayer la alcaldía tras casi cuatro mandatos, a manos de ocho concejales exsocialistas y una edil tránsfuga, que ostentará la responsabilidad de Urbanismo, en un pleno plagado de altercados entre seguidores de ambos bandos.

Todo comenzó cuando el grupo municipal del PSOE, apoyado por una exedil del PP --que se pasó en marzo al grupo mixto por discrepancias internas en su partido y con el alcalde, José Ramón Gómez Cueli-- presentó una moción de censura para atajar "el desgobierno, la paralización y la especulación urbanística".

Interferencias caseras

Días después se conocía que el secretario de la agrupación socialista local interfería desde su casa la señal de la tele local. Según el PP, para impedir que el pueblo conociera la moción de censura y, según los socialistas, porque "es un empresario que trataba de montar una tele alternativa a la oficial". A partir de ahí subió la temperatura. Los ediles del PSOE se dieron de baja y pasaron al grupo mixto tras ser instados por el partido a retirar la moción.

Medio centenar de seguidores de Cueli se atrincheraron la noche del jueves en el ayuntamiento para impedir que se celebrara el pleno. En la mañana de ayer ya eran 200, muchos de ellos mujeres, que al ver que los guardias civiles acudían a desalojarlas, les advertían: "No podéis tocarnos, hoy es el día contra la violencia de género y lo sabéis". Eso no impidió que fueran desalojadas por la fuerza entre gritos de "manos arriba, esto es un atraco" o "Serrato el nuevo alcalde, dimite, el pueblo no te admite"."Es un alcalde requetebueno, que ha hecho mucho por el pueblo", decían los seguidores de Cueli, en su mayoría mujeres de mediana edad y algún cargo del partido de municipios cercanos que pasearon a hombros al ya exalcalde mientras el consistorio se reunía. "Estamos hartos de que la gente tenga miedo y esté coaccionada, y de que el ayuntamiento sea el cortijo del PP desde hace años", decían los seguidores de Serrato.Ambos bandos se enfrentaron ante las puertas del ayuntamiento, increpando a sus rivales políticos, y los populares, además, a la Guardia Civil,

"Estamos hartos de que la gente tenga miedo y esté coaccionada, y de que el ayuntamiento sea el cortijo del PP desde hace años",

"que no tiene autorización para desalojar el consistorio; ¡lo hace para ponerse una medalla política!",