El Gobierno decidió responder ayer con una inusual rudeza a Nicolas Sarkozy por el atrevido modo en que el presidente francés censuró la estrategia elegida por España para liberar a Albert Vilalta y Roque Pascual de las garras de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). Sarkozy presumió de la fallida operación militar de rescate que Francia organizó para sacar del Sahel al cooperante Michel Germaneau. En represalia, este fue asesinado por sus captores. Pero Sarkozy dijo el miércoles que es mejor pagar ese alto precio que no un rescate. La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, subrayó ayer que entre diplomacia y armas no tiene dudas: "Así hemos conseguido que de siete europeos secuestrados seis hayan podido volver a casa. Lamentablemente, uno ha sido asesinado".

La respuesta de Rodríguez iba directamente dirigida a Sarkozy, pero con copia también para el PP, que a través de su portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, dio por hecho que el Ejecutivo ha pagado un elevado rescate por Vilalta y Pascual y que con ello "ha dado aliento a la industria del crimen y el secuestro".

EL RESCATE, ESQUIVADO Rodríguez, en cualquier caso, esquivó sin disimulo cualquier pregunta encaminada a esclarecer si España ha pagado un rescate además de gestionar la libertad de un preso islamista encarcelado en Mauritania. "Hemos hecho las gestiones necesarias con los gobiernos de la zona y con los gobiernos europeos para conseguir el objetivo de garantizar la seguridad de los rehenes y de lograr que volvieran a casa", se limitó a responder.

El mensaje más claro y directo lo reservó, por lo tanto, para Sarkozy. El jefe del Estado francés se jactó de que el pasado julio "por primera vez los terroristas recibieron un duro golpe, gracias al ataque de las fuerzas mauritanas con el apoyo de Francia", pero no hizo ni una sola mención al modo en el que las autoridades francesas gestionaron la liberación de uno de sus ciudadanos, Pierre Camatte. En aquella ocasión, Francia forzó la excarcelación de cuatro condenados por terrorismo. Además, quedó una sombra de duda sobre la verdadera profesión de Camatte. Era un espía, según afirmaron varios diarios franceses.

En cualquier caso, el rifirrafe entre España y Francia no fue ayer a más. Sarkozy, según hicieron saber las autoridades francesas, envió una carta a José Luis Rodríguez Zapatero congratulándose por el final feliz.

Por otra parte, el diario Gara argumentó ayer que la liberación de los voluntarios secuestrados por Al Qaeda "destroza el mito, que algunos quieren elevar a la categoría de dogma, de que el Estado no negocia con terroristas ni cede al chantaje".