El expresidente del Gobierno Felipe González abogó ayer por el desarrollo de reformas para combatir la crisis económica y afirmó que, "con la edad que tengo, que gane la derecha o la izquierda no me va a quitar el sueño, sino que se gane sin decir nada y sin proponer nada y sin saber qué hacer con este país".

Durante un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, González admitió la necesidad de cambios en la economía --"Malditas reformas que necesitamos"--, pero advirtió de que "no van a ser aceptables socialmente" si no se resuelve el funcionamiento irregular del sistema financiero global. "Si no hacemos --añadió-- que funcionen con reglas que sean conocibles, homogéneas y homologables para todos".

Insistió el exjefe del Ejecutivo en que "hay que abrir una vía de esperanza" y para ello "reconocer" que los españoles son "poco productivos" y que su competitividad es "escasa". "Es algo de sentido común, no es de derechas ni de izquierdas ni de pensionistas", apostilló.

Al referirse a la reforma de las pensiones dijo que solo la iban a tomar en serio quienes creen en un sistema público solidario, "porque son los únicos que se van a preocupar por la sostenibilidad a largo plazo", mientras que "los que no la van a tomar en serio es por mala fe o por ignorancia".

El antiguo líder socialista lamentó que Europa esté en crisis cuando es más necesario que haya una UE "fuerte, decidida y que cumpla con sus obligaciones" y, aunque dijo que "no hay una hoja de ruta" para salir de esa crisis, precisó que "no puede haber una unión monetaria sin unión económica".

Por ello apostó por "federalizar la política económica y armonizar la fiscalidad para evitar el falseamiento de la competencia", además de "federalizar la política exterior y hablar con una sola voz en Europa".

Tras reconocer que "no hay ni un solo Gobierno que gobierne que no esté pagando en la crisis el precio de gobernar", señaló que Europa está lejos de esa política económica común que ha defendido en su intervención: "Europa está fallando, no es posible mantener una moneda única con divergencias en las políticas económicas y fiscales, y como no es posible, estamos capeando el temporal".

LA SUCESION Respecto a la incógnita sobre la sucesión de Rodríguez Zapatero, afirmó: "La responsabilidad de una persona que ejerce un liderazgo de no presentarse solo depende de él, pero la de presentarse depende del funcionamiento democrático y orgánico del partido".

González definió a Alfredo Pérez Rubalcaba, supuestamente el político mejor situado para suceder a Zapatero en caso de que este renuncie a la reelección, como "un todoterreno de la política". Sin embargo, le sorprendió que todas sus acciones se estudien en clave de sucesión: "Cuando María Teresa Fernández de la Vega era la vicepresidenta realizó 20 visitas al extranjero. Era lo normal. Ahora parece que Rubalcaba no se va a poder mover".