Ricardo Costa vive en la cresta de la ola. Protagonista del informe policial que denuncia una trama de financiación ilegal del PP en Valencia, su nombre aparece también de forma destacada en la documentación revelada en la apertura parcial del secreto de sumario del caso Gürtel . Y no solo por la presunta mediación de los responsables de la trama corrupta en la adquisición de un coche y un reloj de lujo que pasaron a ser propiedad del secretario general del PP valenciano. Las conversaciones intervenidas por la policía entre el Costa y su amigo Alvaro Pérez, el Bigotes , revelan una estrecha relación mercantil entre ambos, con derivaciones políticas que salpican al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y a la cúpula estatal de los populares. Costa, que niega por activa y pasiva todas las acusaciones, aguanta el chaparrón respaldado por el propio Camps, pero cada vez son más las voces que le apuntan desde dentro del partido como primer cabeza de turco.

El presidente de la Diputación y del PP de Alicante, José Ripoll, no se anduvo ayer por las ramas. "Si hay manzanas podridas, lo que hay que hacer es quitarlas cuanto antes. Ahora ya no se trata de filtraciones, sino de algo recogido en un sumario que parece tener credibilidad", dijo. El alcalde de Castellón y peso pesado del PP valenciano, Alberto Fabra, se unió a esta tesis, y apuntó que si se ha cometido alguna ilegalidad, "habrá que depurar las responsabilidades necesarias". Desde la sede central en la calle Génova de Madrid se emitieron mensajes similares, pero Costa se limitó a defenderse de los presuntos regalos recibidos.

El dirigente salió al paso de una llamada grabada al Bigotes y el número dos de la trama, Pablo Crespo, el 3 de noviembre del 2008, en la que hablaban de las gestiones para vender su Mercedes y comprarle un Nissan Infiniti. En un comunicado, tildó de "totalmente falso" que la operación se consumase y aseguró que adquirió el vehículo gracias a la venta de un turismo anterior, un préstamo de sus padres y dinero propio. Costa subrayó que ya aclaró ante el magistrado instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, José Flors, que vendió "personalmente" su coche a un particular por 29.000 euros, IVA incluido (número de factura f- 000002) en enero del 2009.

Préstamo personal

Con esa cantidad, un préstamo personal de sus padres --depositado en la Consejería de Hacienda de la Generalitat valenciana con número de registro TP- EH/200-2009/1402--, y con dinero propio compró un nuevo vehículo "directamente gestionado con el concesionario Infiniti en Valencia". El importe fue de 65.000 euros, IVA incluido, abonados mediante un cheque bancario número 4046362 de su cuenta bancaria personal.

El comunicado no habla del reloj de 25.000 euros que, según Pérez le cuenta a Crespo, le regaló el exalcalde popular de Alicante, Luis Díaz Alperi. "Ya le conoces tío, con una cosa de estas se vuelve loco, está como un niño con zapatos nuevos", dicen ambos en la conversación en la que hablan del coche.

Tampoco se refiere Costa a otras conversaciones telefónicas entre él mismo y el Bigotes intervenidas por la policía el 22 de diciembre del 2008, cuando la empresa Orange Market presionaba a los políticos valencianos para reducir sus deudas y poder cerrar el ejercicio anual. El secretario general del PP en la comunidad le dice a Pérez que le va a dar "todo lo que le falta", pero que necesita que el "presidente", en lo que parece una alusión a Camps, "eso no lo sepa". "Que este es un hijo de puta", añade.

Costa tranquiliza a su interlocutor asegurándole que dará instrucciones "hoy mismo" de "dónde tiene que estar el dinero". "Aunque me quede sin tener que pagar el alquiler tres meses", le indica. Unas horas después, mientras discuten los pagos pendientes, Costa le pide a Pérez "100 gramos de caviar" para la cena de Nochebuena.

Reunión por los trajes

Los trajes de Camps motivaron otra crisis, y las conversaciones intervenidas acreditan que Pérez, Crespo y Costa se reunieron el 22 de enero del 2009 para "buscar una solución consensuada". El Bigotes fue quién citó al dirigente popular para informarle de la "cabronada" que les había hecho otra de las implicadas, Isabel Jordán, que les quería meter "en un lío", denunciándolos ante la Fiscalía. Una de las estrategias que idean para su defensa es alegar que compraban los trajes a medida para Camps para usarlos en sesiones de fotos, pero que después el presidente los devolvía.

La relación entre Costa y el Bigotes llega al punto de conspirar entre ambos por el impulso de la carrera política del primero. El dirigente popular le pide en diciembre del 2008 a Pérez, que ha quedado a cenar con otro dirigente del PP valenciano, que está "socarrado" (quemado) y que como secretario general del partido, "puedo ser más útil si me pusiera en el Gobierno". "Si me diese una labor un poco de coordinación política del partido del Gobierno podría arreglar mucho de lo Alicante", dice. Según el sumario, en La Nucia (Alicante), la red corrupta buscó ayuda política para especular con un plan urbanístico.