El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, justificó ayer su presencia en el acto de entrega de la Medalla de Oro del Senado, al que inicialmente no tenía previsto asistir, en su respeto a la Constitución y al presidente de la Cámara Alta y en el hecho de que no asista el lendakari vasco, Juan José Ibarretxe.

Así lo manifestó Ibarra a su llegada al Senado para asistir al acto solemne de entrega de la Medalla de Oro a presidentes y expresidentes de comunidades con motivo de la celebración del veinticinco aniversario de la Constitución.

El presidente extremeño explicó que cuando recibió la invitación del presidente del Senado pensó que no sabía cómo explicar a los jóvenes extremeños la celebración de un acto para conmemorar el veinticinco aniversario de la Constitución "que significó la reconciliación de los españoles" cuando "en este país está prohibido hablar del tiempo en que nos peleamos", en referencia a la guerra civil española.

Insistió en que 1936 es una fecha "que no se puede hablar de ella", por lo que, dijo, "es un poco difícil decirles a los jóvenes españoles que hubo un tiempo donde no había reconciliación y sí conflicto".

Rodríguez Ibarra subrayó que agradece que se le abran las puertas del Senado "para darme la condecoración", aunque dijo que "al mismo tiempo" echaba en falta que "esas puertas no se hubiesen abierto las ocho veces" que solicitó comparecer en la Comisión General de las Comunidades Autónomas para exponer asuntos que afectan a su comunidad.

Por otra parte, señalar que ni uno solo de los tres lendakaris que han gobernado Euskadi, todos ellos del PNV, acudió ayer al Senado a recoger la medalla y aunque cada uno excusó su presencia por distintos motivos, el portavoz del PNV en el Senado, Joseba Zubía, explicó que la ausencia es "coherente" con el desacuerdo del partido con el papel de la Cámara alta.

Tampoco acudió José María Aznar, que fue presidente de Castilla y León entre 1987 y 1989. Llegó ayer de Brasil y tenía una cita electoral en Barcelona.

El presidente del Senado (también condecorado), cerró el acto con un discurso plagado de citas de clásicos, en el que recordó a los tres senadores asesinados por ETA. Lucas zanjó la vigente polémica sobre la reforma de los estatutos y de la Constitución con una defensa de la Carta Magna, de la que dijo que garantiza la estabilidad porque tiene el respaldo mayoritario del pueblo.