Podemos pasa de la guerra de movimientos a la guerra de posiciones, pero su dirección desconoce qué implicaciones tendrá para el partido esa transformación en el nuevo ciclo que, asume, se abretras el 26-J. La cúpula lo explica en términos gramscianos: la guerra relámpago (‘blitz’) con la que se construyó la fuerza morada ya no es operativa y ahora la organización debe evolucionar necesariamente hacia otra estructura resistente a una lucha que será más lenta de lo previsto para alcanzar el poder. Pablo Iglesias e Íñigo Errejóndebaten este lunes en los cursos de verano de El Escorial distintos planteamientos sobre cómo debe concretarse esa mutación y los riesgos que entraña.

“Se acabó la hipótesis Podemos.Se acabó el estilo Podemos. Se acabó el ‘blitz’” ha resumido el secretario general, quien ha planteado que todo puede suceder y ha admitido que él no es especialmente optimista. “Puede ser que ganemos las elecciones en cuatro años o que nos demos una hostia de proporciones bíblicas”, ha advertido. El secretario político ha matizado esa intuición. A su juicio, se puede gobernar, pero con un partido que necesariamente tiene que evolucionar para adaptarse al entorno institucional en el que se adentra. “No queda excluida la posibilidad que Podemos gobierne España, pero el Podemos que puede gobernar es menos impredecible y menos sexy, y a la vez despierta menos incertidumbre y da menos miedo a los sectores que miran con temor al cambio político”, ha opinado Errejón. El número dos ha subrayado que el partido no puede jugar a estar solo en el Parlamento con una posición irreverente "como un intruso, sacando un cartel de vez en cuando", sino que debe encontrar la fórmula para encajar esa institucionalidad con la construcción de un bloque histótico, una nueva identidad".

EL DESAFÍO QUE IMPRESIONA

Iglesias ha admitido que no tiene tan claras las posibilidades de éxito como Errejón y ha enumerado las dificultades a las que se enfrentan en la nueva legislatura. “Lo que viene es un desafío que me impresiona y me acojona. Pasar de ser partisanos a un ejército regular no es fácil y nadie nos garantiza que nos vaya a ir bien”, ha planteado, para llegar a dos posibles resultados: “Pueden ocurrir dos cosas. Que Unidos Podemos no funcione como ejército regular. Que hayamos sido una máquina de combate en la guerra de movimientos pero que en la guerra de posiciones no funcione”.

Iglesias ha reflexionado acerca de las dificultades que pueden tener a partir de ahora al situarse como oposición en el Congreso, puesto que dejan de ser una fuerza ‘outsider’ y pasan a formar parte de la institucionalidad. “El trabajo parlamentario puede ser maravilloso o el camino hacia elcretinismo político. Yo he salido muy asustado de estos seis meses. No está claro que sea el escenario más cómodo para nosotros”, se ha cuestionado.

IRRADIAR A LAS ALIANZAS

Iglesias se ha preguntado también cómo va a ser Podemos capaz de liderar un proyecto de confluencia en el que habitan diferentes culturas y estilos. No ha cuestionado la alianza con IU en ningún momento, pero sí que ha puesto de relieve lo complejo de continuar dando cohesión a ese grupo de fuerzas. “Es muy complicado, está por ver si somos capaces de continuar siendo el núcleo irradiador, no está nada claro”, ha advertido.

Iglesias ha reflexionado nombrando a “Unidos Podemos” mientras Errejón se ha referido en solitario a “Podemos”. En sus exposiciones han dejado entrever una lectura distinta sobre cómo abordar el futuro inmediato, pero ambos han coincidido en que el partido será ahora “menos sexy”. “Entramos en una fase en la que nos tenemos que convertir en un partido normal”, admite Iglesias. Para Errejón, uno de los debates necesarios es cómo construir un bloque histórico, en el que Podemos "funde una identidas que pueda llamarse Unidos Podmos o de diferentes formas, como se llama en otros territorios ilusionando a los sectores más dinámicos y disolviendo miedos".

La estrategia pra determinar qué quiere ser Podemos a partir de ahora comenzará a definirse en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal (CCE) este sábado, en la que el órgano de dirección del partido morado debe tomar las primeras decisiones.